Saludamos la exhumación del cadáver de José Gregorio Hernández como parte del proceso que lo llevara a su beatificación como venerable de la Iglesia Católica. Este paso es importante para el pueblo católico de Venezuela, quien ha venido manteniendo su fe hacia él en la intersección de los milagros, que por cierto han sido muchos pero que no fueron documentados por razones que desconocemos.
Es importante reconocer en los Cardenales Urosa y Porras su interés demostrado en la causa de los santos, para que, de esta forma, el medico de los pobres pudiera alcanzar los altares, así además permite darle un salto más al oficio de la medicina, como medio de santificación en el trabajo ordinario. He pues allí, que nuestro país contribuye con un médico, que puso el servicio de la medicina a ser causa de su santidad.
Es también es importante resaltar la importancia que este acontecimiento lleva a los estratos populares, sobre todo a quienes por ignorancia lo ubicaban dentro de cultos no católicos, asociándolo a prácticas ajenas a nuestra fe, basadas en el esoterismo, espiritismos, y otras teorías que no reconocen a Dios por sobre todas las cosas.
Es la vida de José Gregorio Hernández, ejemplo vivo de vocación de servicio. Es su entrega a la causa de los débiles y necesitados, la mejor demostración de su amor al prójimo, como a una vida dedicada a la caridad y solidaridad cristiana. He allí donde su camino se abre hacia la santidad.
Ahora un tema político.
El pasado domingo se llevó a cabo un simulacro de lo que va hacer el procedimiento para la votación el próximo 6 de diciembre. En este evento convocado por el CNE, los partidos oficialistas movilizaron a gran parte de sus seguidores, entre otras como un medio de controlar para que estos no se pierdan, desaparezcan o se excusen, para no ir a votar día de las elecciones.
El resultado de este proceso fue contrario al que esperaban contabilizar, hubo una gran cantidad de votos nulos o parciales por la confusión que genero en ellos un nuevo monitor y procedimiento, lo que va a llevar a el PSUV a proponer un nuevo simulacro o la creación de ferias electorales que permitirán a los electores tener la máquina de votación en diversos lugares para que la gente se vaya familiarizando con ella.
Hubo también algo que vale la pena destacar en ese electorado que acudió, y es que no se sintió la emoción que genera el compromiso cuando uno esta identificado con una causa electoral.
Podríamos decir que hay una revolución en la granja del oficialismo, y esta revolución no le es ajena, saben que existe y que silenciosamente se va a pronunciar. Se podía decir que en sus rostros se reflejaba una búsqueda de cambio, que llegaban porque se les obligaba, pero que no van a sufragar por ellos, porque perdieron su sentido de compromiso. Como pueblo que son también aspiran a un cambio.
Finalmente, podríamos decir que habrá posiblemente sorpresas, los sectores populares quieren castigar, quieren expresar su rechazo, las clases medias todavía se mantienen en el suicidio de la abstención, pero falta todavía que recorrer, el tiempo sobre el cual el elector decide sobre que hacer. El 3 de noviembre arranca la campaña, la emoción o frustración que allí se observe incidirá finalmente sobre el porcentaje de la participación. Las cartas, no están totalmente echadas.
UnidosparaelprogresoVE
Miguel Antonio Parra Giménez
