#OPINIÓN Ventana abierta: Un abrazo fatal #30Dic

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Para recordar:

Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle, y llevadle con seguridad.”

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(Marcos 14:44)

¡Ya se acerca el fin de año! Algo que sucede en casi todo el planeta, cada 31 de diciembre. Allí se le da la bienvenida al nuevo año, el 01 de enero. Dijimos, en casi todo el planeta, porque para los judíos y chinos el año nuevo es otra fecha, por ejemplo.

No obstante, este año, tras las condiciones de tensión mundial por causa de la pandemia (más bien la endemia), por primera vez nos enfrentamos a estar limitados a la hora de dar los abrazos ¡Qué clase de abrazos!¿Habrá algún abrazo fatal?

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Desde ahora decimos que en un 50%, muchos no van a aguantar y se darán un fuerte abrazo, el problema es que el covid-19 pudiera estar allí. Tal vez, muchos o, algunos que hayan consumido alguna bebida “espirituosa”, no respetarán las normas de bio-seguridad y alguno pudiera dar un abrazo fatal, porque los portadores del virus, muchas veces no lo saben y andarán contagiando a sus familiares y/o amigos, en diferentes lugares.

Otro detalle: Para el mundo que se rige por el reloj del sol, dado por Dios, señalado en la Biblia (como ejemplo aludimos a los judíos; Adventistas y Bautistas del Séptimo Día; La Pura Verdad; entre otros)que cuando se oculta el sol, muere el día anterior y nace otro. Es decir, acá en Venezuela, bíblicamente hablando, al formular una pregunta en el navegador Google: ¿A qué horas se ocultará el sol el 31 de diciembre? La respuesta obtenida es o fue: 6:27 pm (VET, Venezuela Standard Time).

En otras palabras: Para los mencionados, en párrafo anterior, cuando se oculte el sol el 31 de diciembre, nos estaremos dando, si Dios lo permite, el abrazo del ¡Feliz año! Por ello, se recibe el sábado el día viernes al ocultarse el sol y se despide, el sábado,24 horas más tarde. Vale decir, muchos de nosotros nos damos doble abrazo, ya que compartimos la alegría con los que se rigen por los relojes convencionales, que cambia a las doce (12) de la noche.

¡Que tristeza! Tener que hacer esta advertencia en medio de la alegría; tener que restringir, limitar los abrazos y los besos. Por cierto, de acuerdo a nuestro texto inicial hay un beso fatal, y nos estamos refiriendo al beso que le dio Judas a Jesús, el Salvador.

En ese sentido, Cristo era un conocedor del tiempo. Para ese momento también había actividades que se regían por un calendario. Ocurrió en la época de la pascua. Donde Jesús vio venir el desagradable momento de su entrega. Y para Él, debió ser algo horrible, saber que uno de sus discípulos lo iba a entregar, tal como lo señalamos inicialmente.

Este triste acontecimiento, lo reseñan los cuatro evangelios (Mateo, cap.26; Marcos, cap.14; Lucas, cap.22 y Juan, cap.18), cada uno lo relató a su manera y marcaron una serie de eventos que vale la pena tomar en cuenta, hasta llegar al cruel desenlace:

1) Jesús realizó la pascua, con los doce discípulos en el aposento alto, lo que muchos llamamos la “Santa Cena”, esto se señalaba como “la fiesta de los panes sin levadura”. 2) Advirtió que uno de ellos le iba a entregar; Judas se incriminó y Jesús le respondió: “tú lo has dicho” (Mateo 26:25). 3) Antes, Judas había negociado, a Jesús, por míseras 30 piezas de plata. 4) Jesús se preparó con mucho dolor en el Getsemaní, y buscó a tres de sus discípulos para que oraran con Él, y varias veces, a los 11, los encontró durmiendo, hasta su aprensión. 5) Cuando le llegó la hora, se presentó Judas, con los malvados fariseos, mucha gente con espadas, palos, parte de los sacerdotes y ancianos judíos y le dio el beso fatal y lo aprendieron como el más atroz criminal; sin importarles que estaban agraviando y listos para matar al Hijo de Dios.

Conscientemente, hace una semana, en casi todo el mundo se supo o se celebró el nacimiento del Niño Jesús, pero, hoy estamos presentando la cruel realidad: Hablamos de aquel inmaculado que recibió el beso mortal. Pero, cumplió su objetivo: Entregarse por todos nosotros, como el “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Qué haremos este año, 2021que entra: ¿Quedarnos con el Niño en el pesebre o aceptar a Cristo como nuestro Salvador personal? El cual murió, resucitó y viene por Segunda vez.

Eduardo Iván González González

www.ventanabiertalmundo.com

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