La UCAB convoca congreso enfocado en el bienestar del adulto mayor #6Jun

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La necesidad de promover espacios que fortalezcan las condiciones cognitivas y emocionales de las personas de la tercera edad, plantea el director del Postgrado de Psicología de la universidad, José Eduardo Rondón, de cara a la realización entre el 8 y 10 de junio, del IV Congreso de Envejecimiento y Salud por la UCAB en alianza con la Universidad de Guanajuato, evento en el que participarán conferencistas de varios países hispanos.

En efecto, los adultos mayores en Venezuela enfrentan muchas carencias. Además de sobrellevar el estado de pobreza en el que 87% de ellos se encuentran (como reportó la asociación civil CONVITE hace un año), actualmente este grupo etario debe lidiar con otros asuntos que atentan contra su calidad de vida, incluyendo una pensión que no supera los 25 dólares mensuales, la exclusión del sistema laboral o las pocas oportunidades de trabajo, las dificultades para atender problemas de salud y la disminución de la esperanza de vida, que se redujo de 83 años a 77 años en el país, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) de 2021.

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«Como cualquier otra persona que viva en el país, la realidad de un adulto mayor es compleja», asevera José Eduardo Rondón, director del Postgrado de Psicología de la UCAB. Sin embargo, el especialista considera que las personas de la tercera edad están en una condición más complicada, debido al fenómeno de migración masiva de venezolanos, una diáspora de la que tienden a no formar parte, pues «son aquellos que supuestamente tienen pocas oportunidades en el extranjero”.

«Su realidad es mucho más desafiante básicamente porque se han quedado solos en un país en crisis ya que sus hijos, nietos o familiares más próximos se han ido para poder continuar manteniendo el hogar», dice Rondón. Según el doctor en Psicología, el flujo migratorio ha vulnerado gran parte de las costumbres y pre concepciones tradicionales locales sobre el cuidado y manutención de los miembros del núcleo familia.

“Como venezolanos tenemos una cultura muy gregaria, de familia extendida, de reunirse a organizar comidas los domingos e invitando a todos. Esto ha tenido que cambiar un poco, ya sea por la crisis económica -pues no se puede invitar a todos- o por la ausencia de familiares. Esa ausencia de apoyo es el plus por el cual es necesario atender a este grupo etario afectado por la diáspora: el hecho de que ese apoyo que a lo mejor cualquier padre o cualquier abuelo esperaba tenerlo en su futuro, en efecto no lo tiene”, asegura.

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Inmersos en estas condiciones, Rondón advierte que los adultos mayores pudieran enfrentar cuadros de depresión, “representada por un halo de nostalgia, soledad, confusión y desvinculación sobre lo que está pasando: ese ‘¿dónde está mi familia?».

Destaca que, también, es de esperarse que una salud mental comprometida pueda tener consecuencias negativas en la salud física de los abuelos, pues «está comprobado que cualquier condición de salud -desde una diabetes hasta algún tipo de cáncer- tienen un importante componente psicológico».

Prioridad: garantizar funcionalidad después de la jubilación

Si bien el deterioro biológico que acompaña la edad avanzada no se puede detener y las carencias económicas deben ser atendidas por el Estado, el profesor Rondón sostiene que la sociedad debe fijar la atención en un asunto cultural muy arraigado: la visión del envejecimiento como fin del periodo de vida útil, cuando realmente es un “proceso de cambio y transformación”.

Ante eso, cree necesario que los trabajadores de la salud mental, los promotores comunitarios y las organizaciones de la sociedad civil realicen esfuerzos enfocados en la generación de ambientes enriquecedores que favorezcan la estimulación cognitiva y social de los adultos mayores. «No es una fórmula mágica, pero es un avance. Hay que crear espacios donde estas personas puedan seguir funcionando y fortaleciendo sus capacidades, haciendo cosas y ser productivos».

La participación en actividades comunitarias como juntas de condominio o clubes de encuentro social y recreacional son dos de los ejemplos que comenta.

“La jubilación no implica que ya no se pueda ser productivo. Se puede tener, por ejemplo, una participación mucho más activa en el hogar con los nietos, o en tu edificio o tu barrio. Hay muchas formas de articular a estas personas utilizando el funcionamiento social, lo cual es muy importante… consolidar ese vínculo entre la sociedad y el adulto mayor. Esa es la meta y eso es lo que pudiera decir que es la estrategia preventiva para cualquier malestar”.

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