“Estar preso por error en Venezuela da más miedo que cruzar el Darién” #8Ago

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Trabajo de www.runrun.es

Más de mes y medio le tomó a Omar González atravesar las fronteras de Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México, para llegar a Estados Unidos. Su recorrido por casi toda Latinoamérica tuvo un costo de más de 4 mil dólares en traslados, alimentación, coimas y hospedaje. Durante su travesía tuvo que desafiar pasos irregulares, largas caminatas, altas temperaturas, coyotes y la temible selva del Darién. Omar aseguró que nada de lo que vivió en esos días se compara al infierno que tuvo que vivir en la Penitenciaría General de Venezuela por un error del sistema judicial. Hoy está en Estados Unidos esperando la legalización de su proceso para empezar a trabajar. 

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Omar salió de Venezuela en agosto de 2018 con rumbo a Cartagena de Indias, Colombia. En esa ciudad no consiguió empleo y al mes se fue a Barranquilla. Aunque le fue “mejor” porque trabajaba vendiendo comida en las calles y como ayudante de construcción, decidió irse a Perú. “En Colombia no hay fuentes de trabajo para inmigrantes venezolanos”, afirmó. 

A Lima llegó en agosto del mismo año porque una amiga le ofreció ayuda para recibirlo. Comentó que trabajó en un restaurante, en una agencia de festejos, como motorizado y hasta de guachimán en una zona que él consideraba bastante peligrosa y no volvió más. Luego consiguió un trabajo fijo en un restaurante – licorería, en el barrio chino de Lima. Comentó que lo explotaron hasta más no poder y aún así duró un año trabajando. 

De Perú a Chile

Con el dinero que logró ahorrar producto de la venta de verduras y comida rápida decidió vender todas sus pertenencias y se fue a Chile. Para llegar tuvo que pasar por Bolivia. 

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Empezó trabajando como jardinero y en cinco meses ya se había mudado solo, había ahorrado el pasaje para que él y su novia se volvieran a encontrar, y tenía moto de agencia. 

Mientras trabajaba con su moto tuvo un accidente y se partió la muñeca, duró dos meses varado mientras lo operaban. Con el pasar de los días mejoró, pero poco tiempo después se enfermó con una hernia y cayó en depresión.

Según varios informes de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y La Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), los migrantes venezolanos en los países de Sudamérica, tienen una tendencia del 33% a ser diagnosticados con ansiedad y 27% de depresión. 

Omar asegura que siempre quiso irse a trabajar a los Estados Unidos y el plan se fraguó en una reunión durante el almuerzo con sus compañeros de trabajo. 

Le comentó a la novia que quería irse a lo que ella en principio se negó rotundamente porque le parecía una locura, pero de tanto insistir la convenció de que se fueran juntos. 

Aseguró que no se fueron a lo loco, “lo planeamos, lo estudiamos, nos preparamos, reunimos un poco más de plata. Ella me frenó un poco para que no lo hiciera tan de prisa”, dijo. 

“Salimos de Chile prácticamente sin nada. Nada más con lo que habíamos ahorrado. A esa selva no se puede llevar nada, dejé toda mi ropa, solo me llevé dos mudas. Llevaba mi carpa, linternas, botas, guantes y bolso de montaña”, aseguró. 

De Chile para Estados Unidos 

Omar relató que la primera parada que hizo fue en Santiago de Chile, donde se reunió con gran parte del grupo. En Arica, una ciudad portuaria ubicada en la frontera de Chile con Perú, se reunieron las 18 personas que tenían la misma meta de llegar a Estados Unidos. 

En el límite entre Chile y Perú los paró la policía y les quitó dinero para dejarlos continuar. Ya en territorio peruano tomaron un taxi y luego un bus para llegar a Lima. Una distancia de más de 1400 kilómetros.

Dos días después, de Lima partieron a Piura, una ciudad peruana cerca de la frontera con Ecuador, pasaron por el puente internacional de Rumichaca, principal paso fronterizo entre las naciones de Ecuador y Colombia, hasta llegar a Medellín, y luego a Necoclí, un municipio colombiano que limita con el mar Caribe, en el departamento de Antioquia. 

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