Pese a que las autoridades municipales han puesto cierto empeño en el rescate de espacios públicos en la ciudad, algunos parques y plazas del este de Barquisimeto se encuentran descuidados, mal atendidos y en algunos casos hasta se han convertido en refugio de mendigos, malvivientes y delincuentes.
Al hacer cuenta regresiva de acuerdo al grado de deterioro de estos espacios destinados al uso y disfrute ciudadano, encontramos en quinto lugar el Cardenalito Sur, ubicado al lado de la autopista centroccidental en el este de Barquisimeto, lugar que se encuentra sin luminarias, sin mantenimiento de sus áreas verdes y además ha sido tomado por grupos de indigentes como refugio.
En el cuarto puesto tenemos la plaza José Parra Pineda de la urbanización Nueva Segovia en el este. Un busto maltrecho, sucio y rayado se erige frente a una batería de columpios destartalados que ya no cumplen con su función de entretener a los pocos niños que visitan ese parque.
El tercer lugar lo ocupa el parque del conjunto residencial Los Humocaros, al lado de Fundalara, sitio que más bien pareciera haber sido afectado por un huracán debido al deplorable estado de sus instalaciones, situación que persiste desde hace ya bastante tiempo y que pese a los señalamientos hechos por los vecinos, no ha sido tomado en cuenta.
La plaza de la urbanización Santa Elena se sitúa en el segundo lugar. Aquí por donde se mire se ve descuido y abandono e incluso, la emblemática fuente que otrora se ubicaba en lo que hoy es el inicio de la avenida Lara y que debería ser considerada patrimonio de la ciudad, está a punto de sucumbir al deterioro producido por la falta de mantenimiento.
Y llegamos al primer lugar de los espacios más abandonados en el este de Barquisimeto con una especie de plazoleta que ni siquiera tiene un nombre que la identifique y que se ubica en la avenida Ecuador con avenida Lara de la urbanización El Este.
El lugar más bien tiene el aspecto de un bosque encantado al cual solo le faltan los duendes y los fantasmas. No hay iluminación pública en las horas nocturnas y esto es muy bien aprovechado por los delincuentes que también aprovechan la escasa vigilancia pública para enconcharse allí.
