#OPINIÓN Lo que la piña tiene adentro #22Feb

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“Para que tu mano derecha ignore lo que hace la izquierda,
habrá que esconderla de la conciencia.”
Simone Weil

Entre parábolas, acertijos y metáforas les expongo la podredumbre de la corrupción que mantiene a la institución en el subsuelo de su reputación. Una institución que no se merece que el coronel psicópata y esta cuerda de ajenos a la empresa que han sido importados para contaminar, y corromper; mantengan sumida a una corporación de su magnitud y elevada misión, en la cloaca pestilente en la que la han convertido. Han hecho de esta industria un antro de perdición, putrefacción y desafueros. Corporación que ahora desgraciadamente, por la inmundicia de unos extraños en ella, por su morbosa y criminal satisfacción, por sus gestiones inmorales y escandalosas, solo produce música corrompida para deleite de unos timadores y burladores experimentados, que llegaron para hacer maldad, sadismo y cometer delitos con la venia complaciente y alcahueta del coronel psicópata que fue quien los trajo e instauró esta herejía en la empresa y somete a sus verdaderos dolientes a la esclavitud vistosa del libertinaje criminal, por su exhibicionismo, donde el desenfreno y la perdición son las banderas que enarbolan en el patio, los malandros de al lado que invadieron nuestra casa.

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Ni siquiera son de la institución. Son delincuentes vecinos que trajeron para joder, pisotear y delinquir, en la otrora famosa y respetada empresa. Son unos patoteros como el coronel, disfrazados de gente decente, pero destilan inmoralidad, maldad y corrupción, perversión e iniquidad. Porque por dólares bailan el tío ejemplo para sus sobrinos, el tío Ananás y sus amiguetes del putrefacto grupo duancajea; que son las notas que excitan la perversión y la corrupción en la institución que parasita el coronel psicópata, junto a estas sabandijas o piojos púbicos que de al lado se saltaron las verjas para depredar nuestra empresa.

Las notas musicales son el motivo de discordia entre quienes tienen en sus manos la furtividad de alterarlas y entre ellos batallan para determinar quién se adjudica más dólares, quien se queda con la mayor tajada, en sus tareas antiéticas de satisfacer los caprichos de los usuarios corruptos que les pagan considerables cantidades en divisas americanas que reportan la sumatoria de la insaculación de los sobornantes; que en principio los integrantes del flagelo duancajea se reparten como quienes dividen una torta como ellos mismos han bautizado ese procedimiento hamponil, mientras se caen a coñazos por allá en la comunidad, o en la panadería o en cualquier otro sitio de esos “escondiditos” que ya son del conocimiento de todos. «Porque la institución los observa cuerda de ratas».

El cambio de notas es furtivo, pero la repartición de las coimas es escandalosa. Porque las notas las alteran, las forjan, las inventan o las sobrestiman en silencio, pero para repartirse los dólares de las coimas forman relajo. Y por eso el refrán de que el dinero no es amigo de nadie, generalmente esa adjudicación inmoral de divisas producto de la corrupción entre los integrantes de esa unidad duancajea, despierta vergonzantemente la avaricia entre ellos y quedan expuestos, al descubierto de sus transacciones ilícitas, porque hacen mucho ruido al sentirse impunes de sus operaciones de crimen organizado y forman escándalo del que toda la institución se entera, siendo conductas inmorales que ellos ven normales porque lo hacen cotidianamente y les resbala porque son cara duras y se sienten seguros e inamovibles de sus cargos circunstanciales, porque el coronel psicópata es la bruja maldita que asesora, ampara y dirige sus acciones. Hasta que los coja el largo brazo de la ley. Cosa que a esta Catarina Ananás la vieja estilista del coronel le haría caer las plumas.

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Para los usuarios que no tengan pentagrama y quieran obtener alguno para estafar a la audiencia, al público y a la sociedad, o lo tengan vacío o con partituras indeseadas, el flagelo hamponil duancajea se ha constituido en la fórmula corrupta para falsear notas y valores musicales a tono con la inmoralidad y contrarios a la ética. Desde luego esta partitura será ejecutada como un falsete en voces de también fraudulentos cantantes, que serán rebuznos. Distintas tarifas aplican los integrantes disonantes de las notas duancajea para la compra y venta de los pentagramas, dependiendo de si se trata de clave de Sol, de Fa o de Do, porque es que cada nota musical tiene un precio dependiendo de su valor y de lo que ofrezca el sobornario usuario, así redonda, blanca, negra, corchea y semicorchea, fusa y semifusa. Por lo que otros asuntos son los pentagramas listos llenos de notas para simplemente ejecutar la partitura, donde el que entrega la coima escoge la clave de su pentagrama y las notas que llevará. Y en el cobro por esta caligrafía musical entra Elizabeth la etílica y el coronel nunca más ascendido que viene de la tropa, pero en esta repartición dejan por fuera a Chuchín porque él se rebusca en otras administraciones y a quien ya le regalaron su pentagrama lleno de notas con valores ficticios; como los que se adjudicaron el coronel y su barragana. Todos esos mamotretos se han construido sus falsetes a la medida de sus alteraciones morales y ostentan una cuadratura musical corrompida con apariencia de impoluta, para engañar a los desprevenidos. Pero toda la institución sabe que se robaron los pentagramas y sus notas musicales. De modo que los títulos de las canciones igual son plagiados y en su confección interviene el doctor fraude.

Con la venta corrupta de pentagramas, con cualquiera de sus tres claves y por la escritura alterada y falsa de las notas musicales el flagelo duancajea, el coronel psicópata y su etílica, se llenan de dólares, de muchísimos dólares, o de dinero negro con el que hacen su agosto pero también hacen su julio porque cualquier mes para ellos es sensible al saqueo de los principios éticos y de los valores morales, entre tanto depredan de la institución y la desprestigian, al sacar a la calle partituras falsas que parecen auténticas , con notas musicales que no son naturales de sus ostentadores , porque no son escritas por esos también usuarios corruptos.

Muchas falsas partituras, muchos falsos pentagramas con sus también notas falsas se han incorporado al mercado musical, para fraude del público consumidor. Son pues un fraude las partituras, los pentagramas y sus notas, en el hervidero de corrupción que caracteriza la gestión del coronel psicópata.

En varias ocasiones se les ha pedido cortésmente a los adquirentes de estos falsos pero paradójicamente enmascarados de auténticos pentagramas musicales, que habida cuenta de las notas musicales que adornan la clave, se dignen a ejecutar la partitura, pero la interpretación ha sonado como una grotesca imitación de un rebuzno de un burro con dolor de garganta. Y allí se ha comprobado que sus pentagramas son comprados y sus notas musicales son falsas, adquiridos en el mercado negro y que ellos ni tienen el conocimiento en materia melódica ni tienen talento, pues son un fraude.

La alteración de las notas musicales o el llenado engañoso del pentagrama con valores discordantes con la melodía real, constituyen música retorcida para estas almas corruptas que integran la banda duancajea, con la que complacen al diablo y a sus sobornantes convidados, porque es que no solo buscan clientes para alterar las notas sino que se ofrecen como prostitutas. Aunque con la estafa de las notas musicales se acarician en melodía pervertida las conductas inmorales de estos expertos en el fraude, la sociedad está a la merced de unos bandidos que la irrespetan y la burlan, que introducen al mercado musical un veneno que no tardará en hacer el efecto tóxico del cual se ansiaba contrariamente de esta casa musical, un bálsamo para las almas que esperan un elixir que los salve y no una música que los mate y nada entonces se arregla sino que se empeora. Música por la que a cambio de dólares pisotean aún más sus ya malogradas reputaciones y se garantizan los boletos para la entrada al infierno. Porque no se trata de un negocio musical legal, sino de un negocio del plagio, del timo, del fraude, y la criminalidad con la venta ilícita de pentagramas estafa y notas musicales embaucadoras. Es que duancajea, el coronel y la etílica piensan que adulterar es bueno y gracioso si con ello se llenan de dólares sucios. ¡Sinvergüenzas, caraduras, que alteran e inventan y se copian las notas! ¡ No les da temor de Dios!. Lacras, ruines, truhanes, que alardean de decentes y son unas escorias.

Entonces las notas musicales Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si, son alteradas por duancajea como quien cambia el tamaño y la fuente en un texto de Word, por valores caprichosos al ritmo de las coimas. Aunque a diario recogen el dinero en divisas por los sobornos y las extorsiones por cambiar o colocar notas a pedido, a capricho del sobornante, a la chárter o a delivery, o como las han ofrecido a la venta en el mercado negro o por entregar pentagramas estafa en escandalosa prostitución de los valores; esta podredumbre de gente hace su agosto también en julio un mes extremadamente significativo para ellos porque es con el que materializan especialmente la mayor corrupción , pero también durante todo el año, porque la corrupción es en ellos tan natural como el respirar. Son los meses en que más se llenan producto de la corrupción, en la unidad de la Catarina Ananás, también conocida como el flagelo hamponil duancajea; que entre corchetes, plica y cabeza, se arma el altisonante tira y encoge para hacerse de los dólares de las coimas. Porque es que las notas que suenan allí son Du, An, Ca, Jea, alterando el pentagrama musical y el valor de las figuras musicales, redonda, blanca, negra, corchea y semicorchea, fusa y semifusa; se llenan de dólares, de muchísimos dólares, o de dinero negro con los que hacen su agosto pero también hacen su julio que es el deprave , el mes que más les reporta, pero todos lo meses son para ellos, sensibles al saqueo de los principios éticos y de los valores morales.

Ladrones, corruptos, tramposos, que invadieron nuestra casa de manos del coronel psicópata.

“Es curioso cómo los hombres muchas veces sólo ven lo que han decidido ver
y no lo que hay realmente ante ellos.”
Santiago Posteguillo.

Crisanto Gregorio León

[email protected]

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