#OPINIÓN Entrevista a Chabela, revelando su “frao” y su “frinchi” #5Abr

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«Por lo general el criminal culpa a su delator, porque prefiere asumir que delinquió a causa de quien lo descubrió y no por su conducta en contra de la ley.  Y así piensa. Si no me hubieras delatado yo no sería un delincuente, ni sería reo de delitos y mis crímenes se mantendrían ocultos». 

Crisanto Gregorio León.      

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Es menester indicar que los insumos para el desarrollo de esta entrevista son aportes de las damas de la institución que me hacen llegar sus inquietudes.

Preliminares y contexto de la entrevista. Ahora eres asidua compradora en almacenes de marca en centros comerciales de lujo y no usas sino trapos importados. Nos asombra la soltura que tienes para pagar en dólares las comidas  en los costosos restaurantes. Tu joyería ahora es escandalosa y ni se diga de los gastos en los salones de belleza. ¿De dónde obtienes el dinero para mantener tu sospechoso y vergonzoso estilo de vida tan ostentoso, el  que despliegas a diario, porque con tu salario de funcionaria pública no puedes ni siquiera pagar lo que te cuesta hacerte las uñas, ni el catiónico ya que tu sueldo no alcanza ni para un almuerzo decente? Todos te observan como estrenas cada día ropas nuevas, uniformes nuevos, que se saben que son nuevos por su olor, por su textura, por su brillo y sin desgaste que te delata que no han tenido la primera lavada y que es la primera postura. Y consuetudinariamente, cada día debutas con un nuevo vestuario. ¿De dónde obtienes el dinero para estrenar zapatos tan costosos cada día y con cuáles recursos compras tus teléfonos de alta gama? ¿De dónde sacas el dinero para alaciarte el cabello y pintártelo para demostrar estatus?, ¿Con cuál dinero pagas por las mechas?, por lo que te jactas con todo lo que luces burlándote del resto de las trabajadoras y de los trabajadores  de la institución, y sobresales patéticamente por encima de quienes vienen al igual que tú de la pobreza; enviando el mensaje con todo ese derroche, que tú sí tienes y los demás  no? Tus insultos a la inteligencia ajena, como si fueras “la querida o la barragana” de uno de los implicados en la trama de corrupción petrolera. 

Asimismo, porque es ilógico, irrazonable, sin fórmula ética, ni moral, ni legal  que pueda justificarte; al menos que seas una magnate, no tiene sentido y  en el supuesto negado que fueras una mujer multimillonaria en dólares, no tendrías necesidad de estar trabajando como funcionaria pública con tan espurios jornales aquí en este organismo del estado que está empobrecido, donde hay enésimos problemas, necesidades y urgencias y al parecer tu eres la única rica, la que no los sufres, que no los experimentas, que no invaden tu economía porque te la echas de millonaria en dólares. Todos te conocen como la jefa ladrona de moral relajada. Y te mantienes en la corporación como “la querida” del coronel psicópata; solo para percibir tan pequeño, tan ínfimo, tan menguado salario. Eso es inconsistente con tus atuendos y la abundancia de riquezas que exteriorizas. A nadie engañas que por amor al arte te mantienes en esta empresa pública de este país subdesarrollado que paga tan malos salarios. ¡Ah, es que le encontraste la vuelta corrupta e ilegal!. Y si fueras rica de cuna que no lo eres, porque todos sabemos de dónde vienes y de tus peripecias; entonces donarías el importe de tu salario, sin embargo es tan insignificante que para nada alcanza. Pero es público y notorio, del dominio popular, que vienes de la pobreza, que vivías apenas dos años atrás en una humilde casa, pero de repente, de un salto al cabo de un trienio, ya eres una mujer solvente con bienes de fortuna, una acaudalada que de sopetón tienes hasta vehículos nuevos, casas y hasta una mansión de tres pisos. Si ni siquiera has heredado a un familiar multimillonario en divisas extranjeras, ni te has ganado un premio de lotería de iguales especificaciones, como para que ostentes tanta pomposidad, lujo y liquidez económica. Eres un insulto a la decencia, eres una contradicción a lo que se espera que la institución promueva para bien y  garantía de la integridad social.¿Qué registras en la declaración jurada de patrimonio como funcionaria pública? ¿Cuáles cifras colocas en la declaración del impuesto sobre la renta?. Eres una tramposa que enciendes la baliza con tu disfraz de nueva rica. Mantienes encendidas las alarmas porque al parecer asaltaste un banco y exhibes tus riquezas ilícitas con vanidad y presunción. 

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En la siguiente entrevista, podrán apreciar el gravísimo daño que hace la corrupción a la sociedad, a los estados y en la psiquis, los cuerpos y las almas de las personas que la protagonizan y que se atreven a hacer apologéticas afirmaciones que difieren radicalmente con el esquema de valores, principios, moralidad, legalidad y espiritualidad que las sociedades civilizadas quieren y anhelan de sus hombres y de sus mujeres.  Comencemos.

¿Cómo prefieres que te llame Isabel o Chabela?

Chabela está bien o como usted prefiera, es que el coronel me dice Liz. En realidad usa diferentes apelativos conmigo cuando quiere conseguir algo de mí. Él se las ingenia para decirme insólitos motes para adularme porque solo es jefe de nombre, ya que quien manda aquí en la institución soy yo. Porque constituyo el epicentro de todo. Nada se mueve, ni nada se hace aquí si yo no lo autorizo. En realidad yo soy la coronela. Y me inflo cuando él me llama mi generala. Le encanta tener experiencias religiosas conmigo. Por lo que usted me puede llamar santa Isabel…jajajajaj. Y como hemos hecho de la oficina nuestro nido de amor, ha acondicionado todo para cualquier ocasión, usted sabe. Hasta deformó la estructura original de la institución para que gocemos de nuestro motel interno. Aunque mis detractores me llaman Salomé, porque le he pedido al coronel la cabeza de hombres justos y él me las ha traído en bandeja de plata. He dejado a padres de familia sin trabajo, incluso con hijos especiales y eso a mí nada me ha importado. He difamado a hombres de Dios y los he sometido a sanciones injustas, he vapuleado detrás del poder a intelectuales porque aquí nadie puede saber más que yo, porque eso a mí no me quiebra, pues lo que me interesa es la sensación de poder y de sentirme obedecida por todos y por un militar que cree que quien manda es él. Al fin son sus pecados y no los míos. Así lo veo yo.  Puede llamarme Isabel o Chabela, como lo desee. Si quiere me llama Salomé, porque estoy segura que si le hubiera pedido la cabeza del Bautista, el coronel me la concede. Al fin no tenemos escrúpulos y el coronel sale a la defensa de mi honor herido, jajajajaj. Puro teatro de mi parte. ¿Cuál honor?.  Nadie está por encima de mí en la institución. Total el coronel se cree Dios, de ahí yo soy una Diosa y tenemos el poder de la vida y de la muerte sobre nuestros súbditos que creen ser trabajadores de la institución y son nuestros esclavos. Somos los reyes de la corrupción.  Sabemos que nos espera el infierno. Tontos los que creen que aquí están trabajando para el estado y no para hacernos ricos al coronel y a mí.

¿Y por qué iniciando la entrevista mencionas al coronel?  

Es que todos saben que él es mí Sugar Daddy, hasta su esposa y es un viejo tan narcisista que si no lo nombro desde el principio, con seguridad se sentirá anulado e ignorado y eso es fatal para su ego. Él no lo soportaría en realidad, es que se cree Chantecler, el gallo que pensaba que si no cantaba cada mañana, irremediablemente  el sol no saldría, porque estaba convencido que era su cantar el que hacía salir al astro rey, pues salía para escucharlo cantar a él. Así es mi Sugar Daddy, si no lo nombro comenzando esta entrevista le pueden dar convulsiones al sentirse ignorado. Me podría hasta golpear, porque es iracundo, no sabe gerenciar sus impulsos negativos y como dicen los psicólogos tiene una conducta intermitente entre violencia y serenidad. Nadie sabe a qué atenerse con él, es un sádico. Y peor es cuando se transforma en un perro. Usted no lo ha visto, es deplorable como mueve la jeta y pela los dientes y hasta bota saliva, para asustar a sus víctimas. Y como él todo lo graba a través de las cámaras que dispuso en la oficina, porque es un voyerista, se complace mirando y oyendo a escondidas a los clientes internos y externos, es un enfermito. Yo siempre le digo que está quedando grabado en los videos en la mesa oval, pero él está como tocado de la azotea. En fin, se cree un perro. Su médico le dice que eso es un padecimiento psiquiátrico llamado licantropía.

¿Creciste sin una figura paterna?

En realidad cada uno de mis hermanos lleva el apellido de sus padres, ellos dicen que su ausencia no les ha afectado en el desarrollo de su personalidad y aunque yo también llevo el de mi padre, su alejamiento no ha sido definitorio en mi mundo de relación, creo que la circunstancia de que me gusten los hombres maduros, eso nada tiene que ver con la no presencia de la figura paterna en mi vida. Es mi opinión particular. Porque mi novio apenas me lleva unos años. Y uno de los padres de mis hijos es mi contemporáneo, aunque el otro si es mayor. Es que el coronel, sabe cómo comprarme, él  me regala cosas muy costosas. Toda la corrupción que manejamos es gerenciada por mí, el coronel me lo permite. Los autos que tenemos son “obsequios” por títulos valores estafa que vendernos en el mercado negro y el inusitado incremento en nuestros patrimonios, las casas, los negocios, las mansiones, los teléfonos inteligentes, lo que ostentamos en burla de la sociedad y del estado, del fisco, de las contralorías, de los tribunales y la policía contra la corrupción; todo es producto de las coimas que recibimos y exigimos. Somos expertos corruptos porque al coronel lo protegen desde arriba y cualquier denuncia que hagan en su contra, el general se encarga de engavetarla. En realidad el coronel se porta como un padre para mí, me ha enseñado mucho como hacer trampas, robar, extorsionar, y como ser igual a él en el trágico de la hipocresía. En cierto sentido, sí podría decirse que el coronel es la figura paterna ausente y por eso le digo “papi”.  Yo hago lo que él manda, y lo que él manda es lo que yo le digo que haga. Usted me entiende, las ideas se las inculco y refuerzo yo, pero piensa que son de él.

¿Pero también tienes novio?

Claro, por supuesto que sí. ¿O qué cree? , que me voy a quedar solamente con el coronel que ya parece una momia y cada vez está más achacoso. Mi mamá siempre me dice: Isabel no te quiero ver empujando una silla de ruedas llevando a ese anciano coronel. Sin embargo, yo no le hago caso, porque siento atracción por los viejos, sobre todo si me regalan cosas, es que soy muy materialista e interesada; pero como ya le falta fuelle y si no fuera por las pastillitas no habría emoción. Por lo que me las ingenio para escaparme y me veo con mi fortachón, el de investigación penal. Aunque el coronel lo intuye, él lo sabe y le lucen las cornamentas. Porque ahora es normal que las chicas tengamos “el que frao” y “el que frinchi”. Por ejemplo, el coronel está convencido de que él es “el que frao”, pero en realidad es “el que frinchi”. Aunque por notoria conveniencia le hago creer al coronel que él es “el que frao”. Pero en mi corazón “el que frao” es mi investigador penal, que es más joven y es un  fortachón.

¿Crees que eres ejemplo de lucha, tesón y sacrificio para tus familiares?

En realidad en mi hogar no tuve a nadie que me hablara de valores, de principios y ni siquiera de espiritualidad. De modo que de ejemplos ninguno me va a hablar, porque lo que importa son los dólares  y yo estoy facturando como dice Shakira y me da igual la manera como obtengo los miles y miles de dólares porque al fin mi cuerpo es mío, aunque el coronel crea que es de él.  Pero claro , yo le daré cuentas a Dios de lo que hago y de lo que he hecho y de lo que seguiré haciendo mientras el coronel me siga dando escenario y continúe la hipocresía en este país, de que son honestos y bla bla bla. Seguiré fingiendo probidad, aunque se me note la costura porque los signos exteriores de riqueza nos delatan a él y a mí. Es que somos ostentosos y nos gusta exhibir lo que tenemos gracias a la corrupción. Pero el coronel tiene muchos amigos generales que le tapan todo y él los compra con bojotes de dólares. Y a nadie le importa lo que yo haga con mi cuerpo. Ya de tesón y sacrificio he tenido bastante y no me voy a calar más la pobreza. Yo sigo haciendo el teatro de que soy honesta y decente, y aunque vivo de la intriga y de la maldad hasta ahora eso me ha dado resultado. Esas pesadillas en las que el diablo me lleva al infierno y me quemo en el fuego de lenguas gigantescas de llamas ardientes o que me ponen los ganchos y me encierran en mazmorras, aunque son avisos de Dios para que cambie mi conducta, yo no le hago caso. A mi familia lo que le importa es que les estoy llenando el estómago y les estoy satisfaciendo todas sus necesidades, aunque yo tenga el alma podrida. Total, en este país, si no robas, si no eres corrupto, nunca vas a tener nada. ¿Si todos lo hacen por qué no puedo hacerlo yo? Eso sí, me dedico a perseguir a inocentes por tontas y estúpidas faltas, pero es para hacerme ver como correcta, para fingir que soy derecha y respetuosa de las leyes, hasta que paguen las extorsiones que les impongo.

¿Cuál crees que haya sido tu mayor necesidad en la infancia? Pasé mucha hambre y supe lo que es ser mujer desde muy pequeña. Pero mi papá, fue la mayor necesidad de mi infancia. ¿Por qué si vienes de un hogar pobre y  humilde, decides corromperte? Precisamente por eso me he corrompido, por la necesidad y bueno me conseguí aquí en esta institución al coronel “que me ha abierto” la posibilidad de enriquecerme y de tener muchos bienes a costa de la corrupción y de todos los delitos que juntos cometemos y que dejamos e incentivamos a que otros incluso los cometan para tener chivos expiatorios y porque de todos esos tontos útiles pero criminales como nosotros  igualmente  recibimos de ellos nuestros tributos, nuestras partes del negocio sucio. Y dejamos que nuestros “amiguetes”, o nuestros jalabolas de igual modo extorsionen y perpetren otros delitos para que no nos delaten. Usted sabe, les dejamos un poquito de la corrupción y de las extorsiones, y nosotros el coronel y yo nos quedamos con el noventa y cinco por ciento de todo. ¿Tú sabes lo que viene? Me imagino, que con esta persecución que se ha desatado en contra de la corrupción, posiblemente mi libertad personal está en peligro, pero el coronel es muy experimentado en la comisión de delitos yo confío mucho en sus habilidades y en sus valimientos y además tiene muchos amigos generales a quienes les paga miles de dólares y siempre lo protegen. ¿Qué crees que sucederá contigo? Supongo que huiré a los Estados Unidos, pero si yo caigo presa, el coronel cae conmigo. ¿Sabes que te venderán? Siempre hay traidores, y el coronel y yo hemos logrado que la gente se traicione entre sí, al ofrecerles cargos y la estabilidad en sus puestos de trabajo, al dejarlos corromperse y corromper, y en consecuencia se transfiguran en las ratas que llevan por dentro, exteriorizan al delincuente que mantenían oculto porque les damos permiso para que se dejen llevar por sus falta de principios y de valores, y se apuñalan entre ellos a veces sin ofrecerles nada a cambio, porque se alegran con jalarnos bolas, solo que se sienten grandes al recibir nuestro  “afecto”, que es lo que ellos creen abrazar a cambio de sus vilezas en contra de sus compañeros o amigos a quienes venden y no se percatan que los estamos utilizando. De tal manera que sí, creo que llegado el momento de la verdad, habrá quienes seguramente me venderán. ¿Cuáles son tus proyecciones de vida en dos años? Pues hacerme la angelita y gozarme de todo lo que he robado, extorsionado y obtenido por medio de la corrupción y los otros delitos que he cometido con la ayuda y complicidad del coronel. Y si me veo perseguida por la justicia me voy a vivir a todo cañón a los Estados Unidos con mis hijos y mi novio el fortachón “el que frao”. Estamos reuniendo para eso y ya tenemos bastante escondido, donde nadie sabe.

 ¿Te consideras sibilina? Definitivamente sí. Y si yo digo por ejemplo todo cuanto sé del coronel, él nunca saldría de la cárcel. Pero soy hibristofílica. Además hay muchas cosas sobre mí que me reservo como guardadas en una caja fuerte. Y sí, en efecto el coronel es un psicópata, rotundamente es un psicópata, yo lo conozco, yo lo estudié y lo acepté así, porque al fin las mujeres psicópatas preferimos hombres psicópatas, al final de nuestros juegos por el mundo, para distraernos a nuestro estilo. Hasta que me fastidie de él, o  me canse de él y ya no lo desee más en mi vida. El coronel y yo nos integramos mejor como pareja de mutua identidad de sadismo y de maldad, con altas perversiones para la corrupción y no tenemos ni remordimientos ni experimentamos culpas. Y somos habilidosos para echarles nuestras culpas a los demás. Siempre conseguimos a algún “estúpido” a quien endilgarle nuestras culpas o usarlo como víctima para castigar en otros lo que debe ser castigado en nosotros, que sea un tercero como el  «whipping boy» o el niño de los azotes.

«La corrupción no se disculpa, no se perdona,

se combate, se castiga, sino se convierte en impunidad».

Acción ciudadana. 

Crisanto Gregorio León 

[email protected]

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