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Durante la sesión de este 8 de octubre de la Asamblea Nacional de mayoría chavista, Jorge Rodríguez, presidente del Parlamento, cargó contra el alto representante de la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, a quien incluso insultó llamándolo “imbécil”, tras las declaraciones en las que abogó por la presión internacional.
“Esto es un régimen dictatorial”, había dicho el pasado 15 de septiembre Borrell al referirse a la administración de Nicolás Maduro. Esa fue la primera vez que se refirió al gobierno venezolano de esa manera tan tajante. El diplomático español había condenado antes que en Venezuela haya más de 2.000 personas detenidas de forma arbitraria después de las elecciones presidenciales, momentos marcados por una represión gubernamental que también dejó más de una veintena de fallecidos.
“El líder de la oposición ha tenido que huir. Los partidos políticos se han sometido a mil limitaciones en su actuación. Hay siete millones de venezolanos que han huido de su país. Bueno, usted a todo eso, ¿cómo lo llama?”, dijo Borrell en referencia al exilio de Edmundo González.
La Unión Europea ha sido enfática en exigir la publicación de los resultados electorales mesa por mesa, algo que el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha incumplido. Aunque el bloque europeo no da por ganador a Edmundo González, Borrell apuntó a que según las actas publicadas en la web resultadosconvzla.com indican que el opositor “parece ser el ganador”.
“Borrell, lanza la presión que te dé la gana, nombra a Edmundo González Urrutia infanto, reyezuelo, para que sustituya a Felipe VI de España, ponlo como te dé la gana, pero allá (España). En los asuntos Venezuela no te metes tú ni tu Unión Europea ni la Corte de España”, vociferó Rodríguez desde el Palacio Federal Legislativo.
Una vida dedicada a la diplomacia
Josep Borrell Fontelles es un político, ingeniero aeronáutico, economista, catedrático y diplomático español. Desde diciembre de 2019 ocupa el cargo de alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea.
En una carrera política que abarca varias décadas y ha tocado casi todos los aspectos de la política española y europea. Su trayectoria comenzó en la política española, donde desempeñó roles clave como Ministro de Asuntos Exteriores y Unión Europea y Cooperación de España de 2018 a 2019 y Presidente del Parlamento Europeo de 2004 a 2007. Sin embargo, fue en diciembre de 2019 cuando Borrell asumió uno de sus mayores desafíos al ser nombrado Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, además de Vicepresidente de la Comisión Europea.
Borrell, miembro del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), ha sido una figura central en la política europea contemporánea. Ha sido un defensor infatigable de los derechos humanos y la democracia, y su liderazgo ha sido crucial en momentos de crisis, como la pandemia de COVID-19 y las tensiones geopolíticas actuales.
Fuera de la esfera política, Borrell está casado con Carolina Mayeur y tiene una hija, Cristina Narbona. Su vida personal, aunque menos conocida, refleja una dedicación similar a los valores de familia y compromiso.
Observando desde lejos
La Unión Europea estaba invitada para enviar una misión de observación electoral a Venezuela, pero el CNE revocó la invitación debido a la ratificación de las sanciones personales e individuales a miembros del gobierno y el partido oficialista.
Borrell lamentó esa decisión, pues consideraba que la presencia de la UE en la contienda electoral habría tenido “un valor añadido muy importante”.
“Creo que la Unión Europea hubiera aportado un valor añadido muy importante y lamento mucho que el Gobierno venezolano no haya querido que estuviésemos allí”, declaró a EFE a principios de julio, pocos días antes de las elecciones.
Ha pedido las actas “una y otra vez”
El pasado 12 de agosto, Borrell conversó con el candidato opositor Edmundo González Urrutia, a quien le reafirmó la posición de la UE de pedir la publicación y verificación de las actas electorales, detener la represión poselectoral “y la necesidad de un diálogo con garantías que refleje la voluntad popular”.
Ese mensaje siguió la línea de un comunicado previo del bloque europeo, en el cual Borrell dijo que “el respeto de la voluntad del pueblo venezolano sigue siendo la única vía para que Venezuela restablezca la democracia”.
Días después, el 29 de agosto, los ministros de Exteriores de los países de la Unión Europea coincidieron en no reconocer la victoria electoral que reclama Nicolás Maduro. Borrell señaló que los países de la Unión Europea han decidido no reconocer la “legitimidad democrática” de Maduro.
Poco más de un mes más tarde, el 3 de octubre, Borrell señaló que las actas electorales presentadas por el Centro Carter ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) reafirman a la UE en su posición de no reconocer la victoria de Maduro.
En esa fecha, Borrell se reunió con el candidato opositor Edmundo González Urrutia, a quien le reiteró la necesidad de un “diálogo inclusivo con garantías para todas las partes hacia una transición democrática”.
Además de sus palabras contra Borrell, la AN oficialista aumentó la tensión entre Venezuela y España, al aprobar un acuerdo para pedirle a Maduro que rompa relaciones diplomáticas, consulares y comerciales con el Reino de España luego que el Congreso de los Diputados reconociera a Edmundo González Urrutia como ganador de las presidenciales del 28 de julio.
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