La intersección de la autopista Cimarrón Andresote con la avenida Capanaparo, un punto crucial para el tránsito en Barquisimeto, se ha convertido en un persistente dolor de cabeza para conductores y residentes.
Por más de 15 años, cada vez que llueve, esta zona se transforma en una inmensa laguna, provocando un colapso vial que afecta significativamente la movilidad en la ciudad.
La problemática, que se extiende por más de década y media, genera no solo retrasos importantes en el tráfico, sino también riesgos para la seguridad vial y posibles daños a los vehículos que intentan transitar por la vía anegada.
A pesar del tiempo transcurrido y la recurrencia del problema, no se han implementado soluciones efectivas para mitigar esta situación que impacta directamente la calidad de vida de los barquisimetanos.
La comunidad hace un llamado urgente a las autoridades competentes para que se tomen medidas definitivas y se resuelva de una vez por todas el problema de drenaje en esta importante arteria vial.


