“Los hábitos no desaparecen, se reemplazan con otros nuevos que responden a la misma necesidad”. Charles Duhigg, autor de El poder de los hábitos.
Todos sabemos que los hábitos definen nuestro día a día.
Un programa de coaching no es únicamente un proceso para alcanzar metas específicas, sino un camino integral para poner la vida en forma, tanto en lo personal como en lo profesional. El verdadero poder del coaching radica en ayudar a las personas a eliminar malos hábitos, aprender a proteger su energía frente a entornos y comentarios negativos, y construir una base sólida para atraer el éxito en todas las áreas de la vida.
Un coach acompaña al individuo en el proceso de identificar esos patrones nocivos que limitan su crecimiento —como la procrastinación, la autocrítica excesiva, el descuido de la salud o la falta de organización— y los reemplaza por prácticas más positivas y productivas. El coaching no solo señala el problema, sino que ofrece herramientas concretas para crear rutinas que fortalezcan la disciplina y la constancia, factores esenciales para alcanzar metas significativas.
Otro de los grandes beneficios del coaching es enseñar a la persona a gestionar la influencia externa. Las críticas destructivas, los comentarios desagradables o las actitudes tóxicas de ciertas personas pueden drenar la energía y desviar el enfoque de cualquier emprendedor o profesional.
Aquí, el coach actúa como un guía que ayuda a fortalecer la resiliencia emocional. Según Daniel Goleman, experto en inteligencia emocional:
“La verdadera fortaleza está en la capacidad de controlar tus emociones, no en dejar que otros las controlen por ti”.
Un programa de coaching ofrece técnicas para mantener la calma, desarrollar asertividad y aprender a filtrar aquello que no aporta valor. De esta manera, se evita que las palabras negativas se conviertan en frenos internos, y se transforma la energía personal en un motor para avanzar.
Una vez que se trabajan los hábitos y se refuerza la protección emocional, el coaching ayuda a la persona a aumentar su poder personal de forma natural. Este poder no es autoritario ni impositivo, sino que surge de la confianza en uno mismo, la coherencia entre lo que se piensa y lo que se hace, y la capacidad de inspirar a los demás.
Tony Robbins, reconocido coach internacional, lo explica así:
“El poder real no proviene de controlar a otros, sino de dominar tu propia vida”.
Ese dominio personal genera magnetismo: la gente siente confianza, respeto y admiración por quienes proyectan seguridad y autenticidad.
El éxito no se busca desesperadamente, se atrae de manera natural cuando la persona está en equilibrio consigo misma. Al eliminar los malos hábitos, fortalecer la mente frente a la negatividad y construir una base sólida de poder personal, el emprendedor o profesional empieza a experimentar mejoras en todas las áreas: negocios, relaciones, salud y bienestar emocional.
Además, al vivir desde esta coherencia, se abre la puerta a nuevas oportunidades, conexiones enriquecedoras y logros que antes parecían imposibles. El coaching enseña que el éxito no es un destino, sino una consecuencia de quién eres y cómo vives.
Definitivamente, un programa de coaching es la oportunidad perfecta para rediseñar la vida desde adentro hacia afuera. Al aprender a eliminar lo que resta, protegerse de lo que daña y cultivar hábitos y pensamientos fortalecedores, la persona se transforma en un imán de éxito. Como resume John Whitmore:
“El coaching no se trata de enseñar, sino de ayudar a las personas a descubrir lo que ya llevan dentro”.
Y esa es la clave: todo el poder y el éxito que deseas ya está en ti; el coaching simplemente te ayuda a despertarlo y ponerlo en acción.
Continuará…
Italo Olivo
www.iolivo.com