La violencia e inseguridad sembrada y desatada en la urbe se ha venido extrapolando también al área rural.
Y eso precisamente quedó en evidencia la noche de este domingo en una apartada zona de la parroquia Aguedo Felipe Alvarado.
La paz y tranquilidad que por décadas ha reinado en el caserío Tapa e´ Piedra, sector Los Corales, a unos 8 kilómetros de tierra en la entrada del kilómetro 21 de la carretera vieja a Carora, quedó trastocada luego de un inusual hecho de violencia.
En el lejano lugar habitado por humildes jornaleros de tomate, cebolla y ganado ovino, viven en su mayoría familiares y parientes cercanos.
La rural y unida comunidad no salía del asombro por la muerte a sangre fría de uno de sus miembros a manos de un desalmado y violento visitante.
Por una cerveza
Todo transcurría en sana paz como cualquier domingo en una casa donde suelen vender de forma clandestina cervezas, comida y lotería.
Había una veintena de clientes compartiendo, mientras otros esperaban por una carne que se estaba asando en un improvisado fogón a leña.
De acuerdo al relato de uno de los testigos quien no se quiso identificar, a las 4 de la tarde, y acompañado por otras cinco personas llegó Edwuar, apodado El Diablo, quien de vez en cuando frecuenta la zona.
Este sujeto residenciado en el barrio La Cruz, cerca de Pata e´ Palo, supuestamente está fugado de la cárcel de Uribana, donde pagaba los delitos de porte ilícito, drogas y homicidio.
Antes de las 8 pm, Ismelki José Yépez, quien tenía rato en el lugar, pidió una cerveza pero se la negaron y el muchacho reclamó porqué sí le vendían al Edwuar.
Ese pequeño detalle desató la furia de alias El Diablo y comenzó una discusión entre ambos.
De manera repentina el Diablo sacó un arma de fuego y le disparó a sangre fría al muchacho de 21 años de edad, dejándolo herido, pero a los pocos segundos uno de los acompañantes del asesino le quitó la pistola de la mano y remató con varios tiros al labriego del campo.
Consumado el homicidio los autores materiales y acompañantes abandonaron la escena del crimen sin el mayor remordimiento y partieron rumbo a Barquisimeto en dos vehículos, entre ellos un pequeño color gris.
El muchacho se dedicaba a trabajar la agricultura recogiendo tomate y cebolla.
Era muy tranquilo
Ismael José Perdomo, padre de la víctima, lo describió como un muchacho trabajador, juicioso y tranquilo.
Estaba soltero y no deja hijos. Vivía con una tía en el sector Yacurito a pocos metros de donde lo acribillaron.
Al sitio, pero en la mañana de este lunes, llegó una comisión de la estación policial de Pavia y el Cicpc levantó el cadáver a las 11 de la mañana y lo llevó hasta la morgue. Ya se hicieron las respectivas averiguaciones para determinar las responsabilidades del crimen que sorprendió a gran parte de la población de Tapa e´ Piedra.
Fotos: Edickson Durán