En la celebración del 15to. aniversario del vacío de poder que declaró lo que era el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), ahora devaluado desplaza –en plena madrugada-, con un Golpe arengado de Constitucional- al soberano Parlamento.
En los albores del siglo XX, Moisei Ostrogorski, publicó el libro “La democracia y los partidos políticos” en donde señala que “Estas organizaciones han sido exitosas en asegurarse el trabajo de la maquinaria gubernamental, pero han fracasado miserablemente en respaldar el poder de los ciudadanos”.
Una de las ideas fundamentales en la filosofía es la de que el conocimiento, tanto de uno mismo como del mundo exterior,ayuda a ser feliz pero podemos dudar de este planteamiento pues sabemos de mucha gente apasionada por el conocimiento pero que mientras mássabe y más comprende más se desespera al notar que no puede hacer nada para cambiar nada y al constatar que el público no hace ningún esfuerzo para mejorar la situación, porque tampoco sabe o no le interesa. En todo caso, perece ser obvio que hay una conexión entre infelicidad y conocimiento. Y, por supuesto, también pueden encontrarse muchas relaciones entre felicidad e ignorancia.
Si las Naciones Unidas definen la Cultura de la Paz,como “…un conjunto de valores, actitudes, comportamientos y estilos de vida que rechazan la violencia y previenen los conflictos atacando a sus raíces a través del diálogo y la negociación entre los individuos, los grupos y los estados”, entonces en nuestro país, dicha Cultura de la Paz ha ido desapareciendo, puesto que el Estado, ha ido acusando las consecuencias de las políticas aplicadas por un gobierno, de origen democrático por ser producto de elecciones, pero responsable decomportamientos y actitudes regidos por la violencia, al convertirse en antítesisde lo establecido en nuestra Constitución, a la cual están sujetas todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público que hoynaveganhacia la dictadura militar.