#Opinión: Sangre envenenada Por: Eduardo Iván González González

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Ventana abierta

Para recordar: “Angustiado y afligido, no abrió su boca. Como cordero fue llevado al matadero…” (Isaías 53:7)

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Para nadie es un secreto que el día siguiente de terminar el carnaval, cargado de cierta “locura”, “extravagancia”, libertinaje, bailes, comparsas, disfraces, y mucha exhibición de la carne humana, da paso al miércoles de ceniza, y con ello la entrada de lo que llaman Cuaresma, que representa una “preparación espiritual”, e incluye cuarenta días sin la ingesta de carnes rojas.

Por lo menos durante unos días, algunos animales no sufren la muerte para alimentar al ser humano; claro está, los demás días del año son llevados irremediablemente al matadero y lo triste del caso, es que la mayoría de estos animales presienten cuando los van a sacrificar.

Hace algo más de cien años, Elena G. de White, escribió lo siguiente: “Algunos animales llevados al matadero parecen darse cuenta por instinto de lo que está por ocurrir, y se ponen furiosos, y literalmente enloquecen. Son sacrificados mientras se hallan en ese estado, y su carne es preparada para el mercado. Su carne es veneno, y ha producido, en quienes la han consumido, calambres, convulsiones, apoplejía y muerte repentina. Sin embargo, la causa de todos estos sufrimientos no se atribuye a la carne.” (Consejo Sobre Régimen Alimenticio, sección XXIII, p.461).

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¿Será que la violencia estará relacionada con la ingesta de carne? ¿Pudiera ser que la rabia, ira, temor, histeria, envenenen la sangre humana? Pareciera que cada vez más, aumenta el número de personas con la sangre envenenada. La violencia aumenta y con ello el cáncer, infartos y muerte. Hemos visto con preocupación, cómo importantes dirigentes políticos, o personas que administran entes públicos o privados, han desarrollado enfermedades que pudieran estar relacionadas con el hecho de ser violentos.

El mal temperamento está presente desde que somos niños. La autora anteriormente mencionada, dice que la corrección debe hacerse en la niñez temprana, y si no se hace puede ser tarde. “Ceder a las emociones violentas pone en peligro la vida. Muchos mueren víctimas de una explosión de rabia y pasión…” (Conducción del niño cap. 13).

Lo siguiente parece haber sido escrito ayer, y para nuestro país: “Ha surgido gente sin dominio propio; no han puesto freno a su genio ni a su lengua; y algunos de los tales pretenden ser seguidores de Cristo, pero no lo son. Jesús no les dio tal ejemplo… Son irrazonables… No están sanos; momentáneamente Satanás los domina en forma plena. Cada una de estas manifestaciones de ira debilita el sistema nervioso y las facultades morales, y hace más difícil el dominio de la pasión frente a otra provocación… La persona que le da lugar al espíritu de enojo queda tan intoxicada como aquel que ha llevado un vaso de ‘veneno’ a sus labios.” (E. de White, Mente Carácter y Personalidad, sección XI).

En tal sentido, el español Becerra García (2008), licenciado en psicología, realizó un trabajo sobre los factores fisiológicos relacionados con lo que denominó “Complejo Hostilidad-Ira-Agresión o Síndrome Ira-Hostilidad-Agresión (AHI)”, y determinó cómo las enfermedades cardiovasculares (ECV) son una de las principales causas de mortalidad en la población adulta de su país natal. Entre las enfermedades vinculadas por el autor están: La hipertensión arterial, la cardiopatía isquémica y las ‘enfermedades’ cerebro vasculares. (www.psicología-online.com).

En este momento pudiéramos entender, por qué algunos profetas, a Jesús, el Hijo de Dios, le compararon con un cordero, ya que es el único animal que no presiente la muerte, o es llevado al degolladero y su sangre no se envenena. Por ello dijo Isaías: “como Cordero fue llevado al matadero” (Leer Isaías 53).

Por todo lo anterior, Cristo murió por nosotros (los pecadores), pero se mantuvo impávido tan solo por salvar a la raza humana; aunque lo golpearon, maltrataron, escupieron, rasgaron su piel a fuerza de latigazos, soportó sin que su sangre se intoxicara; un inocente cargó nuestros pecados, murió, pero venció en la cruz y dentro de poco vuelve como Rey, Señor y Salvador.

¿Pudiéramos ser personas más sanas y menos violentas, si aprendiéramos a alimentarnos mejor y conocer más de Jesús, el Hijo de Dios?

www.ventanabiertalmundo.jimdo.com

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