Una sonrisa espontánea acompaña a esta caraqueña de corazón barquisimetano, quien cómodamente en el jardín, al lado de su taller, compartió con nosotros lo mejor del arte con gres, acero y diversos materiales reusados, ¿el producto final?, un trabajo armonioso que expresa los más sutiles sentimientos, refleja libremente el espíritu creador e invita a dejarse cautivar por la naturaleza que le sirve de inspiración
Licenciada en Administración pero decidida a contemplar la vida a través de la expresión, Gladys María Heudenfeld González ha sido dueña desde siempre de un aura humanista, por lo que comenzó su trabajo en este mundo en la ciudad de Caracas hace más de 30 años, gracias a sus pensamientos amplios como estudiante de Arquitectura y a los días vividos en la Escuela de Artes Aplicadas Cristóbal Rojas, donde aprendió sobre los menesteres del fuego.
Su material predilecto es el gres, y suele acompañarlo con restos de acero inoxidable, MDF o cualquier elemento de reuso que parezca interesante y le sirva para concretar la idea que tiene en mente, pues asegura que al estar involucrada como administradora en una planta industrial, tiene acceso a variados desechos que convierte en parte de su obra, mientras otros tantos los consigue en plazas, calles o parques, detalles que cobrarán vida armoniosamente con el sello personal que la caracteriza.
De igual forma, elabora sus propios esmaltes para embellecer el gres y se define como una artista a la que le gusta descubrir cosas nuevas y buscar que sus obras hablen por sí solas; por lo que realiza ensambles donde los materiales parecieran tener vida propia amalgamándose espontáneamente. Sin embargo, también confiesa que es un proceso lento que requiere de tiempo y dedicación, expresando que con el pasar de los años ha aprendido a ser paciente, porque los materiales “piden que te esperes”.
Más allá del taller
La propuesta artística de Gladys se presentó por primera vez en la capital del país, dándole vida a una exposición individual conformada por botellas de gres con diversas formas y texturas. A partir de allí, entró en un receso que culminó a inicios de este año, cuando motivada por grandes amigas compartió su trabajo por primera vez en Barquisimeto, como parte de una muestra colectiva en el Club Ítalo Venezolano.
Además de los ensambles, desde siempre ha realizado cuadros en los que también trabaja la textura y combina materiales naturales como arena, aserrín, sisal y chimó, estudiando a su vez las propiedades de los diversos pigmentos que ella misma elabora para destacar la luz y el color.
Por otro lado, dentro de su esencia como artista se encuentra el compromiso social, lo que la motiva a participar en subastas para donar piezas y apoyar iniciativas, asegurando que “ayudar y servir a alguien con lo que hago es una gran satisfacción”, mientras manifiesta con alegría tener una maravillosa familia que le brinda apoyo en este camino, siendo su esposo un gran compañero que, como buen ingeniero, colabora en el montaje final de las obras.
Así, finaliza nuestra conversación contándonos que el olfato y el tacto son sus sentidos más desarrollados, por lo que espera seguir disfrutando cada mañana de los olores de la naturaleza, en especial, los de las flores que embellecen su jardín, mientras le da vida con sus manos a lo que su corazón le invite.
Coqueteando entre colores
Recientemente, Gladys Heudenfeld inauguró en nuestra ciudad una pequeña exposición titulada “Coqueteando con Josef”, propuesta en la cual se impone una gran variedad de colores vibrantes y el MDF como base en diversos formatos cuadrados sobrepuestos.
Uno de las características particulares de su trabajo en estas obras, es la imperfección como efecto visual ante el espectador y la combinación de contrastes, en una presentación que no se limita a un marco ni espacio preestablecido, y en donde se permite la presencia de pequeños elementos de metal que realzan lo disparejo pero armonioso de las piezas.
“El gres me da la oportunidad de hacer utilizando una hoja, un palito o simplemente marcando las piezas colocándoles una rayita, en definitiva, me permite crear”
