Cuando Nicolás Maduro habló de la aparición de un pajarito que en su apreciación era Hugo Chávez, quien al posarse sobre su cabeza lo estaba bendiciendo, no se refería a una alucinación.
Ésta existe generalmente en pacientes siquiátricos, explicó la socióloga social Yorelis Acosta al ser consultada por EL IMPULSO. Pero, éste no es el caso.
Todas las frases que lanza Maduro a la opinión pública tienen un sentido y se encadenan con un proyecto de campaña, de propaganda, con el fin de posicionar una idea.
Recordemos además que Maduro le está hablando a su público, al grueso del chavismo, que es una gente de racionamiento primario.
Por eso el discurso no tiene mayores argumentos que relaciones causales, imágenes y propaganda.
Se habla de un pajarito que es una figura sencilla, expresó. Maduro está ensayando cosas y en el cuento del pajarito se equivocó. Él está en la búsqueda de frases que pudieran pegar en el colectivo y esa del pajarito ha sido más criticada que celebrada.
-Cuando se proclama hijo de Chávez, ¿lo que está pidiéndole al chavismo es que lo reconozcan?
-Claro, porque él se considera el heredero de Chávez. Ante la ausencia de éste pretende capitalizar toda la fuerza del chavismo, siendo él el elegido del Presidente fallecido. En esta campaña trata de estar a la sombra del desaparecido mandatario. El candidato, prácticamente, sigue siendo Chávez y el Gobierno está trabajando para que la presencia de Chávez continúe entre toda la población.
Todavía tenemos el país tapizado de la figura de Chávez, todos los días la televisión del Estado presenta varias horas con resúmenes del Aló Presidente, en radio se transmiten alocuciones de Chávez, en los actos públicos también es escuchado el Himno Nacional en su voz y, en fin, el candidato pareciera que sigue siendo el Presidente fallecido, observó. Pero, obviamente, ante la ley tiene que haber una figura viva y en este caso es Maduro, quien trata de mimetizarse, copiar, muchos elementos de Chávez.
