Las familias residentes en la urbanización Las Mercedes de Cabudare, en especial las inmediatas al centro comercial, no encuentran a cuál autoridad acudir para que ponga orden en la comercialización de productos regulados en el abasto chino que allí funciona.
“Esto es un completo despelote porque esa gente, que viene de otras partes, incluso en autobuses, se han adueñado hasta del parque infantil, que han convertido en dormitorio y sanitario público”, declaró una de las vecinas afectadas.
Explicó que no se sabe de qué medios se valen para saber cuándo al abasto del chino van a llegar artículos regulados, como azúcar, arroz, harina precocida, margarina o aceite y desde la tarde anterior comienzan a reunirse en el parque, impidiendo su uso por los niños y adultos de la comunidad.
Además, son varios los grupos de bachaqueros que se adueñan de la zona, comenzando en la tarde o noche a elaborar listas de personas de su entorno, residentes en apartadas barriadas del oeste de Cabudare, impidiendo de esa forma que los vecinos se beneficien de los precios regulados.
Igualmente señaló que algunos habitantes de Las Mercedes, Valle Hondo o El Recreo, han sido amenazados con armas blancas y hasta de fuego, por reclamar.
“A esa gente no se les salvan ni los ancianos porque con sus amenazas obligan a huir a quien pretenda comprar en el abasto del chino, quedando toda la mercancía prácticamente exclusivamente para ellos”, enfatizó.
En visita a la redacción de El Impulso, varios de los habitantes de Las Mercedes pusieron como ejemplo lo ocurrido entre martes y miércoles, cuando la cantidad de “bachaqueros” fue mayor que en otros días ante la información de que llegaría azúcar.
“Los vecinos tuvieron que llamar a la Guardia Nacional para que pusiera orden cuando ya se habían presentado conatos de riñas entre los grupos, no sólo el miércoles hasta horas de la tarde, sino también la noche del martes”, agregó la informante.
Pidió a la Guardia Nacional o a la Policía de Lara o la Nacional que impida la utilización del parque de la urbanización como dormitorio y sanitario público.
Otro de los denunciantes recordó la existencia de una disposición gubernamental que prohibe la permanencia, desde el día anterior, de personas interesadas en comprar productos regulados en abasstos o supermercados.
“Queremos vivir en paz, no con la zozobra que nos provocan esos grupos de bachaqueros que se han adueñado prácticamente del abasto del chino en Las Mercedes de Cabudare”, afirmó la ama de casa que prefirió mantener el anonimato por temor a represalias.
