Extrabases 05-02-2013

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DE temperatura tórrida, ánimos exaltados y protagonistas encrespados, el campeonato que bajó sus telones el pasado miércoles arrojó instrucciones expresas, enseñanzas categóricas para la dirigencia del béisbol profesional. Pasaron muchas cosas en la postemporada, como si los problemas abundantes que acogotan al país quisieran hacer blanco en esta actividad, de alguna manera suerte de provechoso descanso de tres meses y medio para el común de la gente… LAS jornadas de reflexión que en breve tendrá la liga deben celebrarse también en alta cocción. Los roces que los equipos generalmente ventilan y discurren en privado, fueron del conocimiento público. Por ejemplo, Caracas cargó a viva voz contra Cardenales debido a la inscripción de Máximo Nelson, baluarte en el round robin y la final. Tuvo la Liga que hacer algo que frecuentemente no hace. Utilizó los medios de comunicación para explicar porqué el dominicano había sido autorizado a lanzar en el circuito. Luis Ávila, mandamás de los Leones, uno de esos hombres que adora destacar en diarios, radios y televisoras, no le dijo nada bonito a José Grasso Vecchio, presidente de la LVBP… TAMBIÉN Lara y Magallanes se enfrascaron en una disputa verbal cuando la serie final estaba en su punto de ebullición. Los Navegantes no aguantaron los altavoces del estadio “Antonio Herrera G” y decidieron cobrarse diente por diente. Llenaron de cornetas el parque “José Bernardo Pérez” y desde las cinco de la tarde el anunciador -o provocador- comenzó a decir, por ejemplo, que “anoche fue el último juego que ustedes ganaron pajaritos”. Hasta ahí todo estaba tolerable, pero en el transcurso de ese sexto careo los peloteros visitantes fueron objeto de burla e irrespeto. Tanto fue así que algunos dirigentes de la nave y gente de los medios locales acudieron apenados a presentar sus excusas.
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SIEMPRE hemos creído que el arbitraje en la pelota venezolana ha tenido evidentes progresos. Eso no infiere que ahora sean pocas las mejoras a implementar. La postemporada deja al desnudo a muchos de estos hombres que ejercen una profesión por demás complicada, ingrata, sujeta a muchos avatares a veces intolerables. La presión llega no solo a los peloteros. Así como no es lo mismo lanzar, batear y correr en la eliminatoria que en una serie decisiva, lo mismo vale para los encargados de impartir sentencias. Vimos a principales fallar claramente en la cuenta de bolas y strikes entre 20 y 25 pitcheos por encuentro -mucho más allá de lo humanamente permitido- como si no aguantaran la fuerza casi eléctrica de los escenarios… HASTA el presidente de la LVBP, amante de darle tubazos a la prensa especializada a través de su twitter, se dio la licencia de criticar al árbitro barquisimetano Edward Pacheco, tras su apreciación de foul ante un batazo que la infalible televisión mostró luego como jonrón, todo en medio de los cuidados que las plantas se proponen en aras de cuidar una objetividad que no siempre existe. Por ejemplo, en uno de los canales nos permitieron ver un ángulo del batazo y tuvimos la claridad del cuadrangular que no fue. Al aire esa reiteración nunca se vio… NO hay otro camino distinto a seguir ofreciendo cursos y viajes a los árbitros. Ya uno de ellos, Manuel González, está en Grandes Ligas -como ocurre con algunos peloteros, ahora no puede oficiar aquí- y otros dos van para triple A. Algunos trabajan en un circuito exigente como el mexicano. Ellos son seres expuestos, como cualquiera, a los errores, y es menester brindarles facilidades para que acumulen experiencias y conocimientos. Quizá lo que más hay que fortalecer es la parte sicológica, las defensas contra la presión, ante el acoso de momentos que son verdaderamente decisivos y que deben afrontarse con cautela, precisión y envergadura. Ustedes ven, verbigracia, un juego de Henry León y se dan cuenta de que las protestas son mínimas y sus pifias caben dentro del nivel normal de aceptación en un trabajo en el cual hay que sentenciar a veces hasta trescientos envíos. León sabe de eso, tiene estabilidad al impartir su justicia y ventila con astucia las rabietas. Hay que formar varios como él. Y como González.
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VER la Serie del Caribe no da mucha nota después del superlativo cierre del torneo nacional. Unos equipos juegan con el nombre de su país y otros lo hacen con el denominativo del cuadro campeón, lo cual nos parece un desaguisado, algo traído por los cabellos. Será que cada quien hace, por lo que se ve, lo que le da la gana. Por supuesto que los reglamentos hablan de conjuntos campeones… EL actual combinado venezolano es una selección de los equipos eliminados con algunos refuerzos del club consagrado monarca. Por supuesto que no es necesaria una explicación sobre la ausencia de los peloteros de mayor categoría. Pero, díganme ustedes si a uno no se le enfrían los ánimos después de ver a un Magallanes repleto de figuras de alcurnia beisbolera, y a un Cardenales vigoroso, también con jugadores de nombradía, para mirar ahora una escuadra totalmente diferente, decrecida ostensiblemente en su calidad y que pudiera quedar campeona porque los rivales también sufren de mengua. Muy en lo personal, a nuestro entender, el evento sobrevive porque hay dinero para hacerlo y sufragarlo… ENTENDEMOS igualmente que la solución no está en manos de los dirigentes caribeños. A MLB le importa un pito ese clásico y a los equipos -dueños de fichas criollas que cobran sumas siderales- el evento les resbala. Se trata de una justa que hace tiempo está en un callejón sin salida. Encerrado entre el cierre del torneo nacional de cada país, los entrenamientos primaverales, el acoso de las organizaciones norteñas y el lógico cansancio de los protagonistas. Pero ahí está, fuente de trabajo al fin. Luchando contra la corriente.
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SE cae el imperio. La oligarquía yanqui se desmorona. El capitalismo los abruma. No se trata de esa retreta cansona escuchada a cada rato en cadena nacional. Es que en el Bronx se anuncia una temporada de dificultades. Muchos creen que los Yanquis van a sufrir mucho y no llegarán a nada. El club se pone viejo y todo el mundo aguarda que Brian Cashman haga los ajustes y los Steinbrenner desplieguen sus chequeras… SEGÚN Álex Romero, el positivo que dio en México el año pasado y que le significó una suspensión por 50 partidos, fue por haber ingerido una bebida energética. Debería decir cual fue para estar mosca… ES probable que el próximo campeonato asuma el modelo mexicano. Eliminatoria de 63 juegos, round robin de ocho partidos con cinco clasificados. Luego dos semifinales (1-4 y 2-3) a cinco cotejos y una final de siete. Pueden terminar, si lo quieren, el 26 de enero… LA Guaira prescindió de un pelotero muy útil como Oscar Salazar, conocida su lógica desesperación para encontrar lanzadores. Les llega el zurdo Renyel Pinto, quien, al parecer, no andaba en buena relación con Caribes. El pitcheo es -y será cada vez en mayor grado- el gran dolor de cabeza de los ocho conjuntos de la pelota venezolana… ESTAMOS en Tricolor 990AM a las 12:05pm.

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