La Red de Instituciones Larenses… ¡en acción! 06-06-2012

Es hora de actuar, de exigir eficacia y eficiencia a los organismos a quienes compete el cumplimiento del Estamento Legal con imparcialidad, probidad, ética y moral. Venezuela se ha caracterizado por tener una estructura jurídica, tradicional e internacionalmente aceptada, que puede catalogarse como una de las mejores del mundo.
Entonces… ¿qué está pasando?
La mayoría de los profesionales del Derecho cursan sus estudios en Escuelas universitarias de longeva, proba y, demostradamente acertada, tradición educativa. No se puede seguir achacando la problemática delictiva a una lucha de clases inexistente; con conceptos acomplejados y amañados en el facilismo de una República, hasta ahora, privilegiada; donde la producción se ha venido a menos aunque conforma el imperio petrolero más grande del mundo, simplemente, porque sólo se tiene que extraer al combustible más contaminante creado por la naturaleza, es decir, el producto Interno Bruto del país se obtiene casi de manera espontanea, el único esfuerzo realizado es el de la tecnificación de su extracción y de su procesamiento; del almacenaje, y en cuanto a comercialización, «quebrantando las leyes y reglas del mercado». Donde los costos de extracción se elevan en un quinientos por ciento, con ganancias desmesuradas pero, allí no existe lucro avaro; el Estado extractor se enriquece indetenible y la población se empobrece cada vez más, como consecuencia directa de la espiral inflacionaria creada con la subida de los precios de la materia prima más comercializada en el globo terráqueo. «El Estado cobra… El pueblo paga».
No se puede tapar al Sol con un dedo. Venezuela, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, fue ratificada como «Tierra de Gracia». La Tierra de las Oportunidades. Inmigrantes de todas partes del mundo vinieron a nuestro país huyendo de recesiones económicas y de holocaustos. Con tan sólo ver nuestra moneda se percataban del potencial económico del país en cual se decía que sus pobladores podían dormir en sus casas con las puertas abiertas. Se aseguraba que para triunfar en Venezuela sólo era necesario tener espíritu de superación; muchos coterráneos e inmigrantes lograron el éxito. La población se acrecentó exponencialmente y, hasta hubo un tirano que se jactaba de que con los extranjeros que hicieron de la tierra de Bolívar su Patria, se había mejorado la raza; expresando a su vez que esto quedaba demostrado con los triunfos de las mujeres venezolanas en los concursos de belleza. La Venezuela rural pasó a ser una Venezuela metropolitana que iba a la cabeza de América Latina. ¿Errores? por supuesto, íbamos a la par de la globalización y al subir los precios del petróleo, la inflación mundial se disparó incontrolada. Entre las adversidades enfrentadas por los países desarrollados está el invierno extremo y esto hace que requieran consumir mayor cantidad de combustible para la calefacción. Simple cuestión de supervivencia. Por más de una década los precios petroleros han alcanzado niveles imaginables pero, ¿Qué pasaría si retornamos a aquellos siete dólares por barril?
Es imperioso que los líderes actúen con sensata premura. «Lo único que necesita el mal para triunfar es la inacción de los buenos». Los honestos tenemos la obligación moral de actuar con eficaz prontitud. Paremos esta vorágine donde la sangre, mayoritariamente, la está aportando nuestra juventud; adolecentes casi niños mueren victimas de jóvenes de su misma edad. El amor de los larenses por los equinos, quedó plasmado en el Coliseo Hípico Las Trinitarias pero, este fin de semana a dos jóvenes, de catorce y diez y seis años, los asesinaron para robarle una yegua y un caballo. Exigimos que se restituya el Estado de Derecho. «Queremos Justicia»… ¡Y lo vamos a lograr!