“Uno trabaja tanto la tierra, bajo el sol o de la lluvia para mejorar las condiciones de vida de su familia y cuando va a vender sus cosechas lo que nos pagan no alcanza ni para cubrir los costos”.
De esa manera, Manuel Aguilar, un agricultor de la zona de Sabana Grande, al oeste de Sanare, expuso la difícil situacion que están viviendo por una desordenada comercialización de los productos del campo.
Aguilar se dedica a la siembra de lechuga repollada, lechuga criolla, brócolis, tomates, papas y otros rubros, pero está decepcionado por los bajos precios.
“Aquí nos pagan la cesta de lechuga repollada a 7 bolívares y después en Barquisimeto la venden mucho más cara, pero a nosotros no nos queda nada de ese incremento”, agregó.
Enfatizó en la necesidad de un mayor apoyo oficial porque, además del desorden en los precios no se consiguen los insumos y cuando ocurre son especulativos.
¿Y en Agropatria no es más barato?
Ahí nunca hay nada. No se consigue abono, ni fungicida, ni veneno suave, nada, eso es un gran engaño contra los agricultores porque a veces, como en Agropatria no hay nada tenemos que buscar por otra parte y entonces nos cobran todo más caro, respondió.
Aguilar miraba su siembra de lechuga repollada con el temor de que la mayor parte se le perderá por falta de mercado.
La misma situación la está confrontando Antonio Colmenares, también agricultor de las afueras de Sanare, concretamente en la vía hacia La Cañada.
“Aquí estoy preparando la tierra, pero no se qué voy a sembrar porque no se consigue semilla en ninguna parte, además de que no ganamos una con la CVA (Corporación Venezolana Agrícola).
Puso como ejemplo que el año pasado perdió toda la cosecha de tomate y le aprobaron la reivindicación por siniestro, pero cuando fue a cobrar los otros rubros que había “arrimado” le cobraron la deuda que tenía, sin tomar en cuenta el siniestro.
“No sólo me cobraron lo que me habían declarado como siniestro sino que me dijeron que seguía debiéndoles; o sea que los agricultores no tenemos apoyo del gobierno”, indicó Colmenares.
Igualmente se quejó de que no consiguen los insumos necesarios para las siembras y que cuando logran alguna cosecha están a merced de lo que dispongan los intermediarios porque el gobierno no hace nada para regularizar los precios a puerta de siembra.
“Hay mucha diferencia entre lo que nos pagan a nosotros, quienes trabajamos la tierra y lo que paga el consumidor en las ciudades”, enfatizó.
Refirió que la cesta de lechuga repollada se las pagan a cinco bolívares, la de brócolis a diez o doce y la papa a apenas tres el kilo, pero en los mercados o supermercados la gente tiene que pagar mucho más.
Insistió en que la expropiación de Agroisleña no ha favorecido en nada a los trabajadores del campo pues en lo que ahora llaman Agropatria no consiguen nada y no es cierto que los productos que necesitan estén más baratos como pregonan algunos funcionarios del gobierno.
La misma posición de Aguilar y Colmenares la mantienen otros agricultores de la zona.
Fotos: Luis Salazar
