Esta noche a las 7:30 se llevará a cabo una nueva presentación de la obra del maestro en la Logia Masónica Estrella de Occidente
Ayer en la calidez del Centro de Historia Larense (CHL) se gestó un ameno encuentro literario signado por los recuerdos del ayer.
El doctor en Filosofía y Filología José Manuel Briceño Guerrero bautizó en el espacio colonial su más reciente obra: 3×1=4. Retratos, firmada con su inseparable seudónimo Jonuel Brigue y bajo el sello editorial de La Castalia.
Ante un nutrido público proveniente de Carora, Quíbor, Barquisimeto y regiones vecinas, el presidente de la Fundación Fototeca de Barquisimeto, Carlos Eduardo López, ofreció las palabras de bienvenida a las personalidades que acudieron al llamado.
Luego de la intervención de López, un ensamble integrado por Orlando Rodríguez (dirección y mandolina), María Teresa de Pool (arpa), Winston Jiménez (cuatro y maracas) y Juan Carlos Alvarado (cuatro) ejecutó una ovacionada serenata en homenaje al laureado autor de obras literarias y filosóficas.
Con el vals de Aldemaro Romero Quinta Anauco y un Joropo tuyero, los virtuosos cautivaron a los concurrentes.
Historia en tono biográfico
La presentación de 3×1=4 estuvo a cargo de la licenciada Violeta Villar Liste, jefa de información de EL IMPULSO. En su discurso, la periodista resaltó que fue un buen sitio el escogido para descubrir el texto.
“El Centro de Historia Larense se encuentra instalado en el corazón antiguo de una parte de la ciudad retratada por el maestro Briceño Guerrero en el libro que hoy nos convoca con gozoso júbilo”.
Pasando a otra historia, retomó la última frase que escribió el maestro en Los chamanes de China, la cual reza: “Soy el que soy: Siempre, digo yo, ¿y quién es yo? Otro”.
“Ese «otro» es la clave compleja para entender la dimensión de un libro como 3 X 1= 4. Retratos. Hay dos «otros» implícitos en un libro como Retratos. Un primer «otro» que dialoga con el mundo de sus fantasmas y de sus recuerdos, para devolvernos una historia en tono biográfico, sin límites claros entre lo histórico y lo ficcional. Hay una escritura sin concesiones, sin advertencias al final del abismo”, acotó.
Briceño Guerrero manifiesta en biografías lo que quiere decir con el alma, expresó la periodista.
Villar Liste citó el planteamiento de Luri Lotman en La semiósfera, quien sugiere que la cultura se construye sobre la base de dos lenguajes primarios: la lengua natural, utilizada en el lenguaje cotidiano y el modelo estructural del espacio, que trata de la dicotomía de lo culto y de lo inculto, lo sagrado y lo profano. En este sentido, sugirió que el maestro crea un tercer lenguaje en su obra, ese que incorpora la sabiduría de lo popular y lo popular de lo sabio “para lograr una escritura que es profunda sin ser pedante y es sencilla en su complejidad”.
“Lo demás se lo dejamos a la escucha porque ese libro más que ser leído, debe ser escuchado”, puntualizó.
Hábil en su escritura, agregó Villar Liste, el políglota nos revela un mundo y muestra su esencia.
Para la presentadora, la anécdota es el vestido elegante con el cual arropa el verdadero significado del texto, recreado en el estado Lara, en concreto en las ciudades de Barquisimeto y Carora de los años 50 y 60.
Las palabras del maestro
Complacido, Briceño Guerrero conmemoró sus vivencias por la ciudad crepuscular y la amistad que forjó con compañeros de clase caroreños en el Liceo Lisandro Alvarado.
“En Barquisimeto viví como niño y salí como hombre, acá es donde recreo el libro que es una comunicación con el pasado”, manifestó.
A pesar del tiempo y la distancia que lo separó de la región, el filósofo expresó que el Casco Histórico de la ciudad permanece igual que antes.
Ese amor por Lara y su gentilicio es el que devela en la obra bautizada que consta de tres capítulos Primer retrato: Nano, Segundo retrato: Güido y Tercer retrato: El señor Dalmau, tres personajes que marcaron su admirable vida.
Fotos: Elías Rodríguez
