Las negociaciones de paz entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC se reanudaron este jueves en La Habana en medio de nuevas tensiones por un recrudecimiento de la violencia y la muerte de cuatro soldados, así como el secuestro de dos policías, sobre los cuales los delegados de los rebeldes negaron tener información.
El jefe negociador del gobierno, el exvicepresidente colombiano Humberto de la Calle, condenó el secuestro de los dos policías y advirtió que el gobierno de Juan Manuel Santos continuará la guerra contra las FARC durante el diálogo en La Habana y reiteró que no aceptará un alto al fuego.
«Estas acciones de las FARC no las podemos aceptar, y no sólo las rechazamos sino que queremos advertir que el propósito es obligar al gobierno a un cese bilateral del fuego», dijo De la Calle.
«Eso no va a ocurrir, sólo habrá cese bilateral el día que firmemos un acuerdo para terminar el proceso» de paz y la orden del presidente Santos es continuar «persiguiendo a las FARC en todo el territorio nacional», agregó el jefe negociador, en una grabación de audio entregada a la prensa en La Habana.
Su contraparte, el jefe negociador de las FARC, Iván Márquez, dijo que «no tenemos hasta ahora ningún reporte oficial en torno al hecho (el secuestro de los dos policías), si son o no son las FARC» las que los tienen en su poder.
Preguntado si los dos policías secuestrados el pasado viernes en el departamento del Valle del Cauca (suroeste de Colombia) serían liberados, Márquez respondió: «habrá que esperar cuál es el planteamiento de la fuerza o el bloque guerrillero que ejecutó esa acción».
Márquez, quien es número dos del grupo rebelde, destacó la disposición de las comunistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de «permanecer en esta mesa hasta encontrar un camino que nos conduzca a la paz», pero descartó discutir con la delegación del gobierno «asuntos de la confrontación», sino abocarse a los cinco puntos de la agenda.
Asimismo, invitó al ministro de Defensa colombiano, Juan Carlos Pinzón, y al general Alejandro Navas, comandante de las Fuerzas Militares, «a analizar juntos» la posibilidad de un «cese bilateral de fuegos» para que el proceso de paz «avance sin sobresaltos», algo que De la Calle rechazó de plano.
Las conversaciones, que partieron el 19 de noviembre, se reanudaron luego de un receso de seis días en medio de nuevas tensiones por el secuestro de los dos policías y el recrudecimiento de los choques entre los militares y la guerrilla, que dejó un saldo de cuatro soldados muertos y otros dos heridos, según el ejército.
Además, cinco guerrilleros de las FARC murieron este jueves en un enfrentamiento con soldados en el departamento de Antioquia, en el noroeste del país, informó un portavoz militar.
A estos hechos se suma el posible secuestro de tres ingenieros en un apartado paraje rural del departamento del Cauca, que es investigado por las autoridades colombianas, según el general Navas.
En febrero de 2012 las FARC renunciaron al secuestro extorsivo de civiles y liberaron a los últimos 10 policías y militares que tenían en su poder, pero el martes dijeron que seguirán capturando «prisioneros de guerra», luego que Bogotá denunciara el secuestro de los dos policías como un crimen de «lesa humanidad».
En el comunicado leído ante la prensa, Márquez dijo este jueves: «No conviene al país que el gobierno empiece a buscar, como se evidenció ayer en Bogotá, un ‘florero de Llorente’ (un pretexto para caldear los ánimos) para romper la mesa, cuando lo que se requiere es inventiva, pasión, y que con hechos concretos (…) el gobierno de pasos definitivos» para «acabar la guerra que desangra» a Colombia.
«Las FARC no han venido a perder el tiempo en La Habana ni a hacérselo perder a nadie», sino «a buscar la paz con justicia social», apuntó.
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