El ejercicio es parte fundamental de una vida saludable. Por eso te animamos continuamente a levantarte del sillón y ponerte en movimiento. Pero aunque los ejercicios puedan brindarte fortaleza, energía y flexibilidad, si no los realizas con cuidado también pueden lesionarte. Tu primera señal de alerta es el dolor. No lo ignores. Exploremos a continuación algunas de las lesiones que se pueden presentar y más importante, cómo evitarlas.
El hacer ejercicios con frecuencia es una de las mejores decisiones que puedes tomar en materia de salud. Realizarlos implica poner en movimiento tus huesos, tus articulaciones y tus músculos –muchos de ellos que ni sabíamos que existían antes de empezar a moverlos. Cuando les pedimos a los músculos que trabajen a un ritmo más acelerado o bajo presiones a las que no están acostumbrados, es razonable esperar que duelan un poco durante uno o dos días. El dolor se presentará de forma suave y difusa, en lugar de localizado en una sola área y no debe interferir con el resto de las actividades habituales. Es más, esa sensación de dolor hasta puede hacernos sentir bien: es un signo de que algo está cambiando en nuestro cuerpo y los músculos están sintiendo el efecto de esa rutina que va a ponernos en forma.
¿Qué se puede hacer para reducir el riesgo de las lesiones en los músculos, los huesos, los ligamentos y los tendones? Es muy importante que tu médico revise tu condición física antes de que comiences un programa de ejercicios, especialmente si padeces de dolor o inflamación en las articulaciones que pudiera empeorarse con el ejercicio que escojas. Las caderas, rodillas y tobillos, así como la parte baja de la espalda se afecta más al caminar, trotar, correr o montar bicicleta. No significa necesariamente que no los practiques, sino que los hagas siguiendo las recomendaciones de tu médico o de un terapeuta físico y teniendo en cuenta tus limitaciones.
Recuerda que el dolor difuso después de un entrenamiento vigoroso es parte del proceso y es normal. Pero no ignores las señales de aviso de tu cuerpo, especialmente el dolor. Desde el principio toma las medidas necesarias para que tu programa de ejercicios te proporcione un cuerpo más fuerte y sano sin peligros ni lesiones.