El lunes pasado, ya cansados de no ser escuchados por la Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (FEDE) y otros entes del Estado, representantes de la Escuela Nacional Cabudare, ubicada en Los Rastrojos, decidieron tomar las instalaciones educativas.
Con consignas y pancartas, declararon a los medios que sus representados merecían un sitio digno para estudiar, sin correr riesgos endémicos, ni de integridad física, pues muchas áreas del plantel no estaban aptas.
Fueron suspendidas las actividades académicas y este miércoles, una representación del Ministerio de Educación, tras presión de los medios de comunicación, tal como lo manifestaron, acudieron a efectuar una inspección y reunión con los afectados.
Sobran problemas y faltan soluciones
Orlando Idrogo, representante que ha venido luchando desde hace seis años por las mejoras escolares y de infraestructura, apuntó que desde hace años, el plantel ha venido confrontando múltiples problemas con el riesgo de algunos salones y áreas.
Las denuncias se han elevado a todos los entes competentes sin respuesta.
“El Cuerpo de Bomberos de Palavecino ha emitido varios informes de desalojo por el riesgo de salones, pero las autoridades de educación no han acatado esta alerta”, amplió Idrogo.
EL IMPULSO y otros medios, añadió, han cubierto hasta el hartazgo todos estos problemas y aun así, nadie ha podido recurrir al auxilio de más de 800 alumnos que deben utilizar dos baterías de baño por sexo.
No hay directivo
La Escuela Nacional Cabudare está huérfana de directivo. Es un barco a la deriva, sin capitán y con un poco de marineros remando cada quien para su lado.
Según Idrogo, este escenario ha perjudicado aún más el normal y sano funcionamiento de la institución, en donde los estudiantes son los más lesionados. “Con cada cambio de autoridades educativas, los cuales han sido constantes, los proyectos de mejoras de la escuela quedan engavetados, al tiempo que el deterioro hunde cada vez más lo que queda del plantel”, adujo.
Exactamente hace un año, Hidrolara y la Alcaldía de Palavecino, asumieron, sin tener competencia dado era responsabilidad de FEDE, la construcción de una parte de la red cloacal interna de la escuela.
No obstante, debido al vencimiento de la antigua tubería cloacal, los baños colapsaron, dejando a la escuela mortalmente herida.
En lo que respecta a la parte eléctrica de la nueva planta física inconclusa, los ramales de cables a flor de piel, causaron varios accidentes en escolares, por lo que se tomó la decisión de suspender las clases.
Una comisión de representantes hizo una solicitud a Corpoelec para reparar la anomalía, pero dejaron en claro que ese organismo no realizaba inspecciones ni reparaciones en las escuelas.
“Si la educación es prioridad para construir un país y para tener patria, pues en estas condiciones es imposible”, destacó Idrogo.
