En Palavecino es tarea pendiente cumplir ordenanzas de patrimonio

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Palavecino más que un municipio dormitorio, quizá industrial, es un reservorio cultural maravilloso que la ciudadanía desconoce, al igual que quienes han gestionado la jurisdicción.

Notables intentos se han hecho para preservar la cultura y profundizar en ese sentimiento de arraigo del palavecinense, como es el caso del Ateneo de Cabudare. Sin embargo, dichas iniciativas han carecido de apoyo de entes públicos, los cuales tampoco han imitado otros modelos de gestión cultural.

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Esto a pesar de que el artículo 78 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y los artículos 24, 26, 27, 28, 29, 30, 35, 36, 41 y 43 de la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural ordenan a la autoridad municipal establecer las medidas necesarias para la protección y permanencia de los bienes patrimoniales.

Idea que también se ve expuesta en la Ley de Patrimonio Cultural del estado Lara, aprobada en el periodo legislativo 2004-2008, y en par de ordenanzas municipales que decretan la creación de una institución que promueva la cultura y el cuidado del patrimonio, como lo son la Ordenanza para la Creación del Instituto Autónomo Municipal de Cultura y Patrimonio del Municipio Palavecino del estado Lara (Imcupal) y la Ordenanza sobre Promoción, Protección y Conservación del Patrimonio Histórico y Cultural del municipio Palavecino del estado Lara y del Cronista Municipal y Parroquiales.

Si se tiene el ejemplo y los instrumentos que dictan la conformación de un ente responsable, entonces, ¿cuáles han sido las razones para que Palavecino carezca de una figura jurídica y protectora del patrimonio?

En la gestión de la exburgomaestre Aura Rivero se intentó crear el Instituto Autónomo Municipal de Cultura y Patrimonio del Municipio Palavecino, pero la conformación de sus autoridades no incluía representantes del quehacer histórico y cultural del municipio, como lo expresaba el artículo 16 de la ordenanza para su creación.

Por su parte, el exalcalde Richard Coroba creó una Coordinación de Cultura, con la cual sigue sin cumplirse lo especificado en dichas ordenanzas.
El tema ha sido abordado en los últimos años, incluso actores culturales han exigido algún pronunciamiento por parte de autoridades. No obstante, pareciera se ha tratado de simples campañas electorales en la búsqueda del voto.

Un instituto ajeno al municipio

En las ordenanzas ya mencionadas la figura del cronista municipal y parroquiales, tiene una importante función en el resguardo y cuido del patrimonio.

Al consultarle a Taylor Rodríguez, cronista del municipio Palavecino, con 19 años en la función y elegido por concurso de credenciales y méritos académicos en Cabildo Abierto, sobre el par de ordenanzas que dictan la creación de un instituto municipal para la promoción y conservación de la cultura y el patrimonio señaló que las mismas no fueron discutidas en el seno activo de Palavecino.

“Son copias de sanciones de otros municipios”, comentó, al tiempo que condenó que no hubiesen sido tratadas desde sus bases, partiendo de las peculiaridades del municipio y junto a los especialistas locales, vinculados al hecho cultural.

Apoya la creación de un instituto con bases bien definidas, objetivos claros que sean evaluados periódicamente y con designación de presupuesto para brindar de manera digna apoyo a los actores culturales, de manera continua y planificada, “No dádivas para acudir a festivales”, por ejemplo.

En este sentido, lamenta que cultores declarados patrimonio cultural mueran en extrema pobreza, sin que antes recibieran reconocimiento y brindado apoyo digno. “No se trata de filantropía ciega, debe ser una política permanente para su descanso y salud. Lo merecen, puesto que ellos trabajaron por la identidad de su pueblo”, señaló.

A juicio de Rodríguez “no se debe esperar que la desgracia venga para actuar. Se debe preservar ese patrimonio a tiempo y difundirlo”.
Invita a dar forma a un ente que promueva y fiscalice la preservación de estos espacios.

La realidad es nacional

Para Taylor Rodríguez, la realidad del patrimonio es un problema de carácter nacional, puesto que el deterioro es social, de conciencia ciudadana, sumado a las políticas desinteresadas.

“No es un problema de Palavecino o de Lara, sino del país, por el simple hecho de que el ciudadano no cuida una banqueta, tampoco un patrimonio, menos aún si no sabe su valor”.

Basado en su experiencia y funciones, el cronista debe entonces sumar voluntades y no trabajar por una iniciativa individual. La labor cultural no debe ser pragmática del momento, sino lineamientos sistemáticos con permanencia en el tiempo y objetivos claros.

Se deben generar espacios formativos como bibliotecas, investigar y publicar los resultados. De allí que para Rodríguez no tenga sentido no dar a conocer las investigaciones por falta de presupuesto. Exhorta a las autoridades a crear un Fondo Editorial que propicie la promoción.

También invita a apoyar proyectos de palavecinenses como Nancy Godoy, quien no recibió respaldo para la formación de la Biblioteca Parroquial de Agua Viva, tan necesaria en esta comunidad.

 

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