Sin tregua -RASPANDO LA OLLA…

Díaz atrás Rafael Ramírez puso en el tapete la discusión sobre la venta de Citgo, ese complejo refinador de petróleo propiedad de Venezuela en EE UU. Dicen los expertos que eso significaría un gran daño a la nación y solo serviría para reportar a Pdvsa unos 10 mil millones de dólares, lo cual, por cierto, equivaldría a la mitad, o quizás menos, de lo que el “cadivismo rojo de maletín” se apropio en dólares baratos de Cadivi, al amparo del poder. Ya sabemos que desde hace meses, el gobierno también “hace fintas” para aumentar el precio de la gasolina en el mercado interno para que todos le ayudemos en algo a pagar el enorme déficit fiscal que sufren las finanzas “públicas”.
Ya nos aumentaron las tarifas eléctricas la cual veremos en los nuevos recibos de finales de este mes. Lo disfrazan como “subsidio al ahorro de energía”. La verdad es que se trata de un aumento para que el gobierno reciba más dinero. El remate será una nueva devaluación: “Convergencia cambiaria”, medida que Maduro vive anunciando y posponiendo por miedo a sus radicales y a la reacción del país. ¡Y todo se complementa con deuda y más deuda! Con China y sus poderosas transnacionales, con las transnacionales petroleras de EE UU, España, India, así como con la banca de Europa y EE UU. Deuda y más deuda. Ya vamos por los 200 mil millones de dólares.
Pero ¿cómo llegamos a esta ruina tras una década continua de altísimos ingresos petroleros con precios récord del barril de petróleo en el mercado mundial? Porque hay un denominador común en todas esas medidas: “buscar dinero”. Todas son para tapar el “hueco fiscal” que crearon irresponsablemente. Para pagar cuotas e intereses de parte de la deuda externa ya vencida. Para pagar algo de las enormes deudas con proveedores internacionales de distintos tipos de servicios y productos. Para seguir con el derroche y la corrupción. Para seguir financiando a los Castro y otros camaradas. Como dijo Giordani en su carta: sería otro “sacrificio extremo de la nación para mantener el poder”.
Ahora a vender Citgo. Un crimen de lesa patria que nos dejaría sin una gran empresa que garantiza colocar cientos de miles de barriles de petróleo en el mercado consumidor más grande del planeta. El único que nos paga “cash”. Citgo, además, nos deja ganancias, que según los expertos, han sido de 556 millones de dólares en promedio anual (El Nacional 17/08). Renunciar a eso y a la empresa nuestra que refina más del 20% de nuestro crudo, solo para tapar el déficit del gobierno por algunos meses… ¿Y después? Júrelo usted: los camaradas se chuparan también esos 10 mil millones de dólares o lo que reciban por ella. ¿Y qué le queda a Venezuela después? La ruina. Como escribió alguien en las redes: “Es como vender las joyas de la abuela, las de la herencia familiar, para seguir con la borrachera”. Eso es “raspar la olla”. Inaceptable.