El Deportivo Lara, necesitado de triunfos y convencido de que puede jugar mejor de lo mostrado hasta ahora, recibe al Caracas FC –indomable para la oncena crepuscular- en uno de los duelos más atractivos de la novena jornada correspondiente al torneo Apertura de primera división.
El careo está programado para iniciar a las 3 y 30 de la tarde en el estadio Metropolitano de Cabudare.
Aunque ambos equipos están fuera del top3 de la clasificación, con paso irregular y sin poder lograr el despegue definitivo, no deja de ser un careo de alto nivel técnico, vista la calidad que hay en las plantillas, y que promete emociones.
La oncena rojinegra suma apenas una victoria en el presente semestre y necesita ser más regular, sobretodo en casa, para trepar a la posiciones de protagonismo –está undécima con ocho contables- pero se encuentra con una de sus bestias negras, el club avileño, al que solo ha vencido en una oportunidad tras diez enfrentamientos.
No hay margen para el error. Es cierto que el elenco larense no parece ser candidato para luchar por el título, pero tampoco es un cuadro de estar en la parte de abajo de la tabla, una zona que abandonó hace mucho, cuando se convirtió en ganador y animador del balompié nacional, precisamente de la mano de quien hoy es técnico del Caracas y estará en el otro banquillo: Eduardo Saragó.
“Este partido hay que sacarlo adelante porque sí”, advirtió el defensor juvenil José Luis Marrufo, parte de la convocatoria en el conjunto crepuscular, que pudiera tener la baja una vez más del atacante Heiber Díaz Tovar.
“Hay que mantener la concentración y adelante mantener la calma, hay que tener mucho el balón para aprovechar las oportunidades que nos queden y luego estar sólidos en defensa”, agregó como receta para frenar a un Caracas repleto de individualidades, la más importante de ellas Rómulo Otero, y que además hace daño con la pelota quieta.
El Lara pretende repetir el rendimiento de hace dos partidos, cuando superó a Mineros con un planteamiento de partido muy inteligente, en el que presionó en tres cuartos de cancha para tener al rival lejos de su arco y también quitarle la pelota rápido, a lo que se sumó la muy buena efectividad frente al arco rival.
