Que la marcha unitaria del pasado sábado 18 en Caracas, y la manifestación con la que respondió el gobierno el mismo día y a la misma hora transcurrieran y culminaran con normalidad, sin violencia ni agresiones, es interpretado por un analista tan agudo como Rafael Poleo como un alentador síntoma de respeto.
En la misma línea se inscriben la declaración del diputado psuvista Freddy Bernal de que no hay pruebas contra su colega de Proyecto Venezuela Carlos Berrizbeitia (electo en la lista de la Unidad en Carabobo) y las del gobernador Francisco Ameliach, protestando las medidas obviamente injustas que prohíben a la alcaldesa de San Diego Rosa de Scarano ver a su esposo preso, en castigo porque exigió le presentaran los exámenes médicos que le han sido practicados. Scarano padece de hipertensión arterial y requiere de tratamiento y seguimiento. Esto último adquiere significación que debe anotarse porque en general, los observadores han visto al gobernador psuvista de Carabobo como la mano detrás de la prisión del popularísimo líder de San Diego varias veces reelecto para gobernar su municipio.
En la Asamblea Nacional, los diputados de la Unidad decidieron votar una integración de la representación de la sociedad civil en el comité de postulaciones electorales que no les satisface, pero con el fin de evitar el mal mayor de un CNE completado a la brava, como es la intención que asoma cierta mandonería contumaz.
De repente, parece que la tormenta amainara y que la racionalidad política gana espacio. Ojalá dure, para bien de todos.
Los hallazgos de la investigación policial sobre la trágica muerte del joven diputado, hecho unánimemente condenado, apuntan hacia su círculo más cercano. Se aleja la realidad de las hipótesis de crimen político con injerencia opositora, temerariamente lanzadas. Y acerca de los alegatos sobre supuestos encargos y pagos se esperan pruebas convincentes. Pronunciamientos sobrios y serenos del gobierno al respecto, serían útiles al clima positivo que puede generarse. Lo mismo que actos que demuestren más respeto a la comunicación libre y plural.
Con la mejor disposición venezolana, veamos.
