El tiempo cobra factura en la red de aguas servidas adyacente a la Unidad Educativa Nacional San Ignacio de Loyola, ubicada en la calle 61 con carrera 13 A, al oeste de la ciudad. A pesar de las constantes reparaciones por Hidrolara, la longevidad del sistema cede ante cualquier precipitación u obstrucción de desechos, y también hace mella en la calidad de vida de los habitantes del sector Brisas del Aeropuerto.
El inconveniente puede generar consecuencias en la salud de los 728 infantes de educación inicial y primaria que componen la matrícula del plantel. En la zona existe alta presencia de zancudos y en ocasiones los olores putrefactos entran en los salones.
Celia Silva, directora de la escuela, relató que el sistema de cloacas tiene la edad del plantel (59 años), cuyas tuberías se han venido deteriorando al pasar de los años. Aunque la empresa hidrológica ha atendido sus solicitudes, el desborde del sistema reaparece con la misma intensidad. Según su criterio, la escuela y comunidad vecina requieren una nueva red de colectores a fin de corregir el problema de raíz.
“Nos preocupa la presencia de zancudos, más aún por los elevados casos de dengue y chikunguña. En días secos los olores se hacen más intensos, debido a que los desechos se estancan y emanan putrefacción. Hemos querido una nueva red de aguas servidas, pero nos responden que se necesitan recursos porque es una obra de envergadura”.
Reparación de infraestructura
Silva describió otros tipo de problemas que deben ser considerados por el ministerio de Educación. El primero de ellos es la sustitución del techo, cuya estructura es vulnerable ante períodos de lluvia porque no ha sido remplazada desde su inauguración.
También, requieren una nueva cerca perimetral por razones de seguridad. La malla de alfajol se deteriora ante el pasar de los años y la Ley de la Gravedad.
En cuanto a los baños, necesitan la reparación de todas las baterías y dotación de equipos sanitarios para el correcto higiene de niños y niñas.
Por último, y no menos importante, piden el techado de la cancha para una práctica deportiva sana.
Todas estas solicitudes reposan en los archivos de Corpolara y Zona Educativa. La escuela espera por el “ejecútese” del proyecto que enviaron desde el año pasado.
