Aunque las comparaciones parezcan odiosas, resulta interesante analizar aquellos factores que podrían indicar que la Venezuela del fallecido presidente Hugo Chávez, no es la misma que viven los ciudadanos en el periodo de Nicolás Maduro.
A pesar de que ambas gestiones, la primera de 15 años y la segunda de apenas dos, pertenezcan a una misma corriente ideológica, pareciera que presentan severas diferencias económicas, políticas y sociales.
Así lo reflejan indicadores comparativos de población en pobreza, popularidad, homicidios y muertos en cárceles, aspectos signados y agudizados por la opulencia económica del líder de la revolución y la crisis financiera de su “hijo político”.
Liderazgos muy distintos
Al comparar los niveles de popularidad de ambos mandatarios, y según cifras expuestas por múltiples encuestadoras, el politólogo Doriam González, comentó que la situación económica tiene un impacto significativo en dicho indicador.
En este sentido, sostuvo que el presidente Nicolás Maduro goza de un liderazgo diferente al de su antecesor y por tanto, no dispone de su mismo nivel de convocatoria y gobernabilidad, lo que le permitiría tomar las decisiones económicas requeridas para mejorar la crisis financiera del país.
“El contexto de país del año 2013 no porta las debilidades económica de Maduro y esta variable incide directamente en el gobernante, quien no tiene el mismo liderazgo de Chávez”.
A su juicio, la característica de ambos gobernantes son diametrales, ya que el liderazgo del fundador del movimiento socialista revolucionario dependió de los efectos sociales de sus propuesta de Gobierno, mientras que el primer presidente chavista depende de la situación económica del país.
Indicó además, que el liderazgo de Maduro se encuentra en proceso de consolidación en las filas del chavismo, por lo que dicha debilidad le ha impedido tomar medidas económicas efectivas, en función de la dinámica social, sin que esto lesione su imagen.
Por tanto, para el “hijo político” de Chávez, sería aún más difícil tomar medidas, como la corrección de las políticas de reparto, porque aún es cuestionados por los sectores radicales del chavismo.
El politólogo señaló que diversos sectores de la opinión pública ha referido que Maduro ha perdido el 30% del capital electoral del comandante Chávez, por lo que su capacidad de maniobra disminuiría.
En opinión de Doriam González, el presidente tiene unas ecuaciones por resolver: ¿Cómo no lesionar el legado de Chávez, en función de aplicar políticas económicas necesarias? Esto sin que el núcleo duro del chavismo lo castigue.
Medidas que parecían irreversibles
Otro aspecto que ha lesionado la popularidad del actual mandatario, según González, ha sido retomar planteamientos que en el ejercicio de Chávez hubiesen sido temas irreversibles, porque en el contexto previo a 2013 eran medidas que beneficiaban a sectores privados, como la reactivación de los peajes, aumento de la gasolina, aplicación del impuesto al débito bancario, y otros.
Apuntó, que estas propuestas han sido planteadas porque el actual Gobierno está necesitado de dinero, lo cual podría obtener mediante el fisco, a fin de atender algunos sectores de la economía.
González destacó que el “recetario populista” ligado a la economía de reparto, no han surtido con Nicolás Maduro el efecto esperado.
Dinámica de conflicto
Para el politólogo González, la actual crisis en popularidad de Maduro es consecuencia del manejo económico de ambos periodos, por lo que la solidez del liderazgo de Chávez no pudo ser capitalizado en la actualidad.
“Para Chávez era más conveniente la dinámica de conflictos, porque podía salir fortalecido de estos. Maduro, a pesar del aparato comunicacional que maneja, ha salido lesionado de estos”.
Subrayó que el problema económico ha fracturado la posibilidad de sostener su liderazgo, a pesar de mantener el aparataje asistencialista de Chávez.
A su juicio, será preciso iniciar con celeridad un proceso de diálogo con el sector privado, el cual permita impulsar la producción y con esta la economía. Asimismo, propone corregir la dicotomía de enfrentamiento entre ricos y pobres, abandonar la persecución a empresas privadas, sincerar el sistema de cambio (en función de que este cubra las necesidades de los sectores primarios del país) y generar un acercamiento con los inversionistas.
Sin embargo, “no tomarán estas decisiones porque sería reconocer que las políticas del proceso revolucionario han sido erradas”.
Índice de pobreza de 2014, entre los peores de la historia
Según informe de la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (Cepal), los niveles de pobreza mantienen en constante ascenso. De no detenerse este, la cantidad de pobreza podría ser superior a la registrada en Venezuela a la llegada de Hugo Chávez a la presidencia, en 1999.
Sobre este respecto, Luis Pedro España, director de Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB, sostiene que los niveles de pobreza actuales son similares a los registrados en 1989, 1992 y 2003, los peores años de Venezuela, puesto que según estudios privados, mas no oficiales, los niveles en 2014 pudieron alcanzar el 48,4%.
Es importante acotar que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), publicó cifras de pobreza hasta 2013. En ese entonces refirieron que había crecido 6,1%, respecto a 2012, cuando se ubicó en 27,3%.
Sin embargo, según datos publicados por Cepal en su Panorama Social de América Latina 2014, la realidad de pobreza en el país llegó al 32,1% en 2013.
Para el año en que Maduro asume la presidencia, Venezuela fue el único país de la región donde creció la pobreza.
Trabajo de seguridad
Al realizar un análisis comparativo de los homicidios y muertes en cárceles venezolanas, el analista en seguridad, Marcos Tarre, señaló que a pesar de que el presidente Maduro ha logrado reducir el número de muertes en las cárceles, la cifra sigue siendo alarmante. “No se logra un cambio significativo porque no controlan el hacinamiento y tráfico de armas. Las cárceles siguen siendo lugares para realizar extorsiones telefónicas”.
Calificó como incomprensible que no se coloquen en los recintos carcelarios supresores de llamadas.
Asimismo, destacó que al asumir el Ministerio de Relaciones Interiores Justicia y Paz, el mayor general Miguel Rodríguez Torres, durante el periodo de Maduro, se realizaron importantes cambios de políticas de seguridad, contrarias a lo que fue el programa ideológico Chávez, llamado A toda vida Venezuela, con el cual se expresó que la seguridad ciudadana era de tipo civil.
“Se sacaron a los militares a la calle y se activó el plan Patria Segura, definieron los cuadrantes, entablaron negociaciones con delincuentes y se formó la comisión contra el contrabando”, reseñó Tarre.
“Se realizaron una serie de esfuerzos y cambios, que redundaron en la desaceleración en el crecimiento del índice de homicidios, que en los últimos periodos había presentado un incremento anual del 20%”.
Apuntó que en 2014 el crecimiento en la tasa de homicidios fue sólo del 1% y aunque este año se aplicaron varias medidas, fue imposible reducir el indicador, por lo que Venezuela seguiría siendo el segundo país más violento, luego de Honduras.
Sin embargo, refirió que las diferencias entre ambos periodo son significativas, ya que el presidente Chávez fue cuidadoso y tolerante en el control de manifestaciones políticas, a diferencia del actual mandatario, quien ha aplicado una severa represión este sentido.
A juicio del analista, ninguno de los mandatarios tiene interés en corregir los problemas de seguridad, ya que en apariencia les es conveniente que sobre Venezuela pese un manto de hostilidad que les permita mantener parte del control de la situación.
En cifras
Marzo 2013/H. Chávez
25,1% (2012) población en pobreza
55,07% (10/2012) popularidad
21.692 (2012) asesinatos
591(2012) muertos en cárceles
Marzo 2015/N. Maduro
32,1% (2013-Cepal) población en pobreza
22,6% (12/2014 según Datanalisis) popularidad.
24.980 (2014 según el Observatorio Venezolano de Violencia) homicidios
309 (2014 según Observatorio Venezolano de Prisiones) muertos en cárceles
(*Datos recopilados por AFP)
