El título de este artículo parece el nombre de una raza de alienígenas extraterrestre, pero no es así, se trata de una especie mutante surgida en nuestro país, les contare cómo sucedió.
Toda comienza con la historia de Moisés, increíble pero cierto!, veamos por qué: cuando huía con su pueblo de Egipto, en lo que se conoce como el éxodo, en el camino se encuentran con un gran obstáculo, el Mar Rojo, el color es pura coincidencia. Viendo el santo hombre que era necesario traspasar esa barrera para lograr los objetivos planteados, le solicita ayuda a Dios quien le indica que golpee las aguas con su bastón, ocurriendo su división en dos toletes, a la izquierda y a la derecha, en medio queda un camino que permitía el paso del pueblo israelí. Vemos como desde épocas bíblicas se descubre el axioma de divide y vencerás, al debilitar los obstáculos.
Aplicando esta misma fórmula, el régimen escarlata nos dividió con los calificativos de escuálidos pitiyanquis y revolucionarios patriotas, debilitándonos como pueblo indómito para lograr el mayor saqueo de toda la historia de Venezuela. Palidecerían de envidia los grandes-ligas de Páez, los Monagas y Guzmán Blanco. Con esta artimaña logran llevarse, cual cuatreros de película del lejano oeste, la bicoca de ¡4 años de renta petrolera! Casi nada, los de la IV República quedaron como pequeñas sardinas en tanque de tiburón, en los futuros libros de historia, tal vez ni se nombren por lo escuálido de los montos robados de esa época en comparación con las astronómicas de las rojas socialistas.
Pero resulta que surge el tsunami del Banco de Andorria, ocasionando que las turbulentas aguas del Mar Rojo se reacomoden nuevamente, dividiéndose en dos nuevas clases: andorrianos y venezolanos honestos, con un efecto paradójico, pues en los honesto estamos escuálidos, revolucionarios, empleados públicos, empresarios privados, estudiantes, profesionales, rojos, azules, amarillos, tricolor, etc, que nos ganamos el pan diario trabajando, surgiendo una unión al compartir el valor de la honestidad por una gran mayoría, sin importar el falso calificativo político impuesto por una pequeña clase corrupta manipuladora como nunca se vio antes.
Por primera vez en casi 16 años nos reconocemos nuevamente como hermanos, a través de lo que nos ha identificado a lo largo de nuestra historia, lo que siempre fuimos, un pueblo trabajador, honesto y solidario que rechaza desde sus entrañas a los andorrianos con superpoderes.
