“Dios mío, no puedo aceptar esto. ¿Los mismos compañeros?”, fueron las palabras de Yaniré Linares, madre de Luis Humberto Mendoza Linares, de 22 años, funcionario del Cuerpo de Policía del estado Lara, a quien mataron en el dormitorio del Centro de Coordinación Policial Juan de Villegas II, de Barquisimeto, el pasado domingo.
“No creo que haya sido un accidente”, fue lo primero en afirmar en el encuentro con los medios de comunicación. “¡Me lo mataron!” “Él me había comentado que tenían muchos piques… a veces se quieren pisar entre ellos, por eso se quería salir y le dije que aguantara tres meses más”, comentó en medio del llanto y la desesperación que la invadía.
Volverá con el cuerpo de su hijo a Quíbor pero ahora sin vida. “Desde pequeño le gustó la carrera. Su papá y yo luchamos por pagarle todo… no es fácil. Lo más triste es que fue un compañero. Sólo Dios sabe lo que pasó”, comentó con sentimientos encontrados: rabia y dolor.
Comenta que ayer estaría libre, incluso, al momento del hecho, había terminado servicio, por lo cual se metió a duchar y al salir, se cambiaría para regresar a casa de su tía, en Los Pocitos, donde residía, pues era oriundo de Jiménez.
“A las 12 del mediodía, cuando le fui a llevar la comida, fue la última vez que lo vi con vida”, dice la hermana de la madre, Belkis Linares: “Esperemos que se aclare todo”.
Precavido
La disciplina fue siempre una parte fundamental en la formación de Mendoza Linares, el mayor de dos hermanos, “a la edad que tenía, si yo le decía que no saliera, no lo hacía”; explica la madre. “Era muy precavido, no salía a la calle uniformado sino estaba trabajando”.