En la historia hay muchas mentiras que se tienen por verdades. Fueron dichas y no siempre con mala intención. Simplemente obedecen a una observación personal o a un relato alterado por las emociones u otras circunstancias, como el punto de vista desde el cual el testigo apreciaba el hecho. Sin embargo, no son estos casos mi motivación de hoy, sino otros más inofensivos, pero que me molestan porque falsean la verdad.
Cansada estoy de escuchar, leer -y hasta de oír cantar- en charlas y homilías, la alterada cita que se hace de la bella primera frase del punto 64 de Dichos de luz y amor, de san Juan de la Cruz: A la tarde te examinarán en el amor… Le estropean todo su alcance cuando dicen A la tarde de la vida… ¡No, por Dios! El santo nos avisa que todos los días, al fin de la jornada, tenemos que dar cuenta de cómo vivimos el amor.
Otra equivocación extendida es que el autor de la famosa exclamación lanzada a santa Mónica a propósito de su desorientado hijo Agustín, es Ambrosio, santo obispo de Milán. Falso, ni ella ni su hijo habían pisado esa ciudad cuando se pronunció ésta. Fue cuando estaban todavía en África, tierra natal del futuro santo. Lo dice el mismo Agustín en el libro de sus Confesiones, Libro III, Los estudios en Cartago, Cap. 9, ¡No puede ser que se pierda hijo de tantas lágrimas! (Editorial Aguilar, Madrid 1957, 5ª edición).
Esta bella décima, ejemplo perfecto de ésta en la poesía castellana, debe decir así: Bendita sea tu pureza / y eternamente lo sea, / pues todo un Dios se recrea / en tan graciosa belleza. / A ti, celestial princesa, / Virgen sagrada María, / yo te ofrezco en este día / alma, vida y corazón. / Mírame con compasión, / no me dejes, madre mía. ¡Hasta aquí! Lo demás son añadidos deformantes, cursis e innecesarios.
Otro error perenne -esta vez gramatical- es cuando se dice o se escribe, por ejemplo: cada uno de nosotros debemos votar el 6 de diciembre. ¡No! El sujeto está en singular: “cada uno de nosotros” debe…; también son sujetos en singular “la mayoría de nosotros o “la gente”. De manera, pues que si se quiere usar el verbo en plural hay que escribir o decir: “nosotros” o “todos nosotros” debemos votar el 6 de diciembre. Y debemos hacerlo, ¡pero sin disparates gramaticales, por favor!
Dejemos éstos para la absurda gramática del Socialismo del siglo XXI… ¡que pronto ha de fenecer!