Tanto monta cortar como desatar

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Nos agotamos en puro pensar sin accionar, dejando etéreas las opciones tangibles. Perseguir una quimera que se nos aleja a medida que creemos estar cerca de ella.

Urdimbres que nos mutilan el impulso y nos sesgan las intenciones. Las barreras que no logramos soltar. La semántica del espíritu humano en pos de anhelos y vericuetos en los que materializar su esencia y asirla como quien queda prendado de lo que le impacta y le ilusiona. Es una maraña de artilugios donde el miedo hace menguar la hazaña y la valentía.

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En un nuevo imaginario con haz de proyecciones engastado en laboriosas interrogantes no permite recoger los sucesos ni contraerlos a una musa oxigenante.

¿Qué te asalta el pensamiento?, ¿cuán ligeros son los pasos? Interrumpidos en el laberinto de los temores. Son recuerdos sin fundamentos de dubitables creencias y ansiosos crepúsculos.

Perniciosos caprichos, emblemáticos arietes, donde la vida se enjuga placentera o tormentosa. Pero vida con conciencia de destino de alborozo o taimado desastre en la penumbra estructural de los quehaceres de un jardín encantado.

No hay cabida al remordimiento cuando Dios no está presente, pero en cambio su gracia se alcanza cuando la conciencia es conciencia de Él.

Nos planteamos vicisitudes, el hombre es bondadoso, cree sin dudar, pero su bondad es duda de la maldad; porque sus propósitos son buenos. El hombre no atisba la maldad, la siente. Así la ingenuidad no es fruto elaborado, sino insumo de su inocencia. El hombre bueno, evoluciona de sus errores, los asume como producto de una falla propia y obtiene de ellos la bondad que lo impulsa a ser mejor. Por eso el hombre confía en espera de cosas buenas.

El hombre consciente de sus talentos, quiere ser útil, persigue servir, busca su lugar en el mundo, se ubica y aspira.

En esencia el ser humano debiera estar ganado para lo bueno. Cualidad que se aprecia en los propósitos que lo motivan. El hombre busca crear, construir, reformar para mejorar, persigue un ideal aún sin haberlo filosofado.

La concepción, la maravillosa magia de la creación insuflan al hombre bondad. Un ser sociable que escucha, que opina y cual criba debe seleccionar lo mejor y catapultar su carisma.

¿Entonces hombre por qué te empeñas en sacar del hombre un lado oscuro?

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