Vicisitudes de la tasa de cambio flotante

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En artículo anterior “Hacia un nuevo sistema cambiario (I)”, afirmé que la tasa Dicom era ficticia, idea que encontró resistencia entre economistas y otros interesados en el tema. En general, las objeciones apuntan a lo siguiente: ¿Qué sentido tiene imponer una tasa de cambio irreal, para dólares que no existen? Respondo: Simular la existencia de una tasa de cambio flotante reporta insospechados beneficios al Ejecutivo. Aunque se ponga en duda ya surtió sus primeros efectos, sin haber arrancado formalmente el Dicom. Las consecuencias son enormes, como se verá. Estamos en presencia de una escandalosa operación encubierta de creación de dinero, con repercusiones importantes sobre los niveles de inflación, las reservas internacionales y el presupuesto.

Empecemos por decir que la tasa Dicom es fijada unilateralmente por el BCV, sin el concurso de la oferta y la demanda, sin dólares, sin casas de cambio, sin necesidad de sumergirla ni ponerla a flotar, sin otro criterio que reunir cierta cantidad de bolívares requerida. Tras ese objetivo, el BCV elucubra una tasa de cambio referencial, expuesta a devaluaciones sucesivas, que servirá a Pdvsa (que tiene dólares) para determinar la cuantía de sus aportes en bolívares a la nación. Esta devaluación encubierta arroja como resultado un ahorro de miles de millones de dólares a favor del Ejecutivo por un lado; y, por otro, aumenta los aportes de la estatal petrolera a la nación en bolívares. Así, más bolívares depreciados ingresan al fisco con devastadores y previsibles efectos sobre la inflación, medida que ni siquiera el neoliberal FMI recomienda.

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Digamos ahora que, aun cuando mucha gente piense otra cosa y el mismo gobierno sostenga que “tenemos dificultades presupuestarias porque cayeron los precios del barril”, la verdad es otra, desde el año 2005.

La razón es sencilla: El precio del barril en dólares se subestima en el Presupuesto, con el fin de desviar recursos hacia fondos especiales del Ejecutivo. Y, dado que los aportes al Presupuesto se hacen en bolívares, es necesario hacer la conversión. Pero no hay una tasa de cambio única para la conversión.

Aparece así el primer eslabón de una cadena de falsificaciones y manejos discrecionales para resolver el enredo. Mediante convenios entre el Ministro de Finanzas (puesto por Nicolás Maduro) y el presidente del BCV (designado también por NM) se establece la paridad cambiaria. El siguiente eslabón es un texto sublegal que especifica que «las contribuciones se efectuarán a la tasa vigente en el momento de cancelar la obligación». No toma en cuenta a la tasa anotada en la fase de formulación del presupuesto. En la página 197 del enlace oficial http://www.pdvsa.com/interface.sp/database/ fichero/free/7660/1586.PDF, se explica por qué y cómo vienen disminuyendo los aportes de la estatal petrolera a la nación. Para que el lector se convenza que no se trata de una contingencia fortuita, en la página 5/26 de otro portal oficial encontrará las cifras referidas a los aportes desde 2010: http://www.pdvsa.com/interface.sp/database/ fichero/free/9696/1682.PDF. El dato que falta, correspondiente a 2015, está en la Memoria y Cuenta presentada a la AN.

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Las cifras evidencian que el aporte petrolero al Presupuesto se ha extinguido. En 2008 el aporte fue de 38.000 millones de dólares, con tasa de cambio a 2,15 Bs. (en Informe Financiero de Pdvsa 2009, los aportes se expresan en bolívares y en dólares; disponible en la web). Tal modo de proceder no es casual, atiende a la directriz de financiar el Presupuesto con tributos (Seniat) y “Afianzar el modelo productivo socialista con los excedentes económicos derivados de los recursos petroleros”, Memoria y Cuenta del MPPEF, 2011.

Vengamos al presente y citemos al Correo del Orinoco: “Con relación al ingreso petrolero, Marco Torres estimó que están previstos en 216.581 millones de bolívares, mientras que los provenientes de la recaudación de renta interna se estiman en 517.456 millones de bolívares” (se refiere al Presupuesto 2016). Crucemos estos datos con lo dispuesto en el Convenio Cambiario N° 30 (septiembre 2014). Los aportes de Pdvsa «se harán a cualesquiera de los tipos de cambio oficiales a que se contraen los convenios cambiarios vigentes» Artículo 1. Había dos opciones: Tasa Preferencial (6,30 Bs), o Sicad (Bs. 50).

Se eligió la segunda. El Convenio Cambiario # 35, de marzo 2016, reitera el “se hará a cualesquiera de los tipos de cambio previstos”. A la fecha el DICOM se ubica en Bs. 400, pero muy probablemente, “flotará” hasta Bs. 800. Calculado a esta tasa, el aporte se hará insignificante, unos 300 millones de dólares, pero cubrirá la petición. Conviene repetir que alguna vez llegó a ser de 38 mil millones de dólares.

Pero hay más. La “ganancia cambiaria” así obtenida permitirá “Asignar recursos extraordinarios a proyecto  previstos o no en la Ley de Presupuesto a los órganos y entes de la administración pública”, según el artículo 1 del decreto de Emergencia, que confiere facultades excepcionales al Presidente. Esta es una licencia para gastar “en lo que sea”, sin rendición de cuentas ni contraloría, pero con impacto descomunal sobre la inflación. Ver el desastre es cuestión de tiempo.

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