#OPINIÓN De creer en Dios, a creerle a él #28Ene

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Sí, hay mucha diferencia. Mucha gente dice creer en Dios pero ese “creer” se ha vuelto un simple cliché O sea “Una idea, frase o expresión que, debido a que ha sido muy usada o repetida, ha perdido su fuerza o novedad y se ha convertido en un tópico o lugar común” DICCIONARIO INTERNET. Por ello, es muy distinto creer en Dios a creerle a él. Y el objetivo de esta reflexión como TODAS las que publico por este prestigioso medio, lleva esa intención, ese objetivo. Orientar en lo lingüístico, pero prioritariamente en lo espiritual y podamos hacer cambios en nuestro beneficio.

“Creer en Dios” se ha convertido, como ya lo dijimos, en algo muy popular y que a pesar de ser utilizada en momentos muy difíciles en la vida de muchos, cuando hay una situación cualquiera y nos hacen esa pregunta, es el subconsciente el que contesta y no un acto personal de verdadera fe, de verdadera necesidad y clamor sincero, que es lo que nuestro Dios quisiera. Y lo peor, acompañan a Dios con otras divinidades y eso riñe tremendamente con la verdadera creencia en Dios. “Creerle a Dios” lleva la proposición “a”. Y esta es una figura gramatical que implica compromiso. “Creerle a …” está relacionado con el compromiso que Ud. va a adquirir con los postulados, criterios, mandamientos y posiciones de la persona objeto de su creencia: ¡DIOS Padre, DIOS hijo y DIOS Espíritu Santo! Quien le cree a Dios, pues le sigue. Se ocupa por saber qué es lo que él le quiere decir, le quiere indicar y mostrar, entonces le obedece y confía que lo que está haciendo es lo correcto.

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Cuando Dios le dijo a Abrahán Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré” Gen.22:2. Abrahán no preguntó nada. Solo obedeció por cuanto le creía a Dios. Si Abrahán simplemente hubiese creído en Dios, se hubiese espantado y desobedecido. “Abrahán creía que Isaac era el hijo de la promesa. También creía que Dios había hablado con claridad cuando le ordenó que lo ofreciera en holocausto… Creyó que si el Señor, que en su providencia había permitido que Sara tuviera un hijo en su vejez, le había pedido que tomara la vida de su hijo… podría… levantar a Isaac de entre los muertos” Libro La fe inquebrantable. Elena de White. ¿Cómo les parece?

Otro caso. Cuando Jesús sana al ciego de nacimiento Juan 9. Jesús hizo barro con saliva y untó los ojos y lo mandó a lavarse en el estanque de Siloé. El ciego pudiera haber dudado ¿Si Jesús hizo los cielos y el universo con solo su palabra, es que acaso no podía hacer conmigo lo mismo? Pero no preguntó nada. No lo dudó e hizo lo que Jesús le mandó. Creyó a Dios. Cuando un padre le dice a su pequeño hijo que se encuentra asustado en medio de un aguacero, con truenos y relámpagos, que se vaya acostar tranquilo, y lo lleva y le dice que no va a pasar nada, el niño se acuesta tranquilo y se duerme, por cuanto le cree a su papá. Esa es la fe que necesitamos. Una fe sencilla, como la de un niño.

Pero la fe. Esa que necesitamos para creerle a Dios no viene por el azar o las buenas intenciones. La fe viene como Dios lo indica . “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” Rom.10:17. Esto quiere decir que si Ud. no va a las Sagradas Escrituras, si Ud. no se encuentra con Dios a través de su Palabra, si no se postra y pide esa sabiduría es difícil que Ud. pueda creerle a Dios. ¡Hasta la semana que viene por la WEB Dios mediante!

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Próximo artículo: 4 de Febrero

William Amaro Gutiérrez

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