El único sabotaje contra la industria petrolera y el país es el que ha venido cometiendo este régimen en veinte años, ya que ha acabado con una de las principales empresas productora y exportadora de crudo, declaró el diputado falconiano Eliezer Sirit, de la Asamblea Nacional, al referirse a la denuncia de Nicolás Maduro en relación a la explosión ocurrida, pasadas las dos de la tarde del martes, en Amuay.
En esa refinería no ha ocurrido ningún sabotaje, dijo el parlamentario, desmintiendo al jefe del Ejecutivo Nacional en disputa. Amuay tiene más de ocho meses presentando fallas y, por supuesto, se encuentra en situación precaria, que impide ponerla a funcionar, porque todos sus equipos están viejos, obsoletos, y no se han hecho las inversiones necesarias para reponerlos.
En una de sus instalaciones se produjo una fuerte explosión, interna, y no como consecuencia de ataque alguno, expuso. El régimen siempre busca una excusa increíble para no reconocer la responsabilidad que tiene. Ya es una vieja costumbre y, por lo tanto, nadie le cree.
Amuay llegó a tener una capacidad de refinación de 635 mil barriles diarios y conjuntamente con Cardón, que procesaba 305 mil barriles, se había constituido el principal complejo refinador del mundo. Pero el régimen chavista-madurista-militarista destruyó el mayor complejo petrolero y tiene que importar gasolina, porque ya no se produce aquí. Ni siquiera gasoil.
