Un alarmante informe del Observatorio de Universidades (OBU) expone la grave situación que atraviesan las universidades públicas de Venezuela, donde el deterioro de la infraestructura física se ha convertido en la principal preocupación.
Según datos recopilados por el OBU a través de su cuenta en X, el 83% de las denuncias realizadas por estas instituciones durante el mes de abril estuvieron relacionadas con daños significativos en sus instalaciones.
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Las denuncias detallan problemas críticos como el desprendimiento de cubiertas de techos, el deterioro de paredes y el colapso de sistemas de cloacas, evidenciando el avanzado estado de abandono que sufren estos centros de educación superior.
La situación se torna aún más crítica con la llegada de la temporada de lluvias, un período en el que la vulnerabilidad de las estructuras se intensifica ante la falta de recursos económicos para llevar a cabo las reparaciones necesarias y mitigar los efectos de las precipitaciones.
El OBU subraya que la raíz de este problema radica en la asfixia presupuestaria que padecen las universidades públicas venezolanas, lo que ha resultado en la acumulación de al menos diez años sin mantenimiento estructural adecuado en la mayoría de los casos. Esta prolongada falta de inversión ha llevado a un deterioro progresivo de las instalaciones, poniendo en riesgo la seguridad y la funcionalidad de los espacios educativos.
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A pesar de la implementación de iniciativas gubernamentales como el plan «Universidad Bella» y la intervención de alcaldías y gobernaciones, el Observatorio de Universidades concluye que estas medidas no han logrado dar una respuesta efectiva a las necesidades más apremiantes de las instituciones académicas.
La falta de una inversión sostenida y una planificación integral continúa dejando a las universidades públicas en una situación precaria, comprometiendo la calidad de la educación y el bienestar de la comunidad universitaria.