El gobierno de Nicolás Maduro liberó este martes al ciudadano estadounidense Joseph St. Clair, un veterano de la Fuerza Aérea que permanecía detenido en Venezuela desde hace varios meses, en medio de negociaciones diplomáticas con Estados Unidos que incluyen una posible prórroga de 60 días para que Chevron continúe operando en territorio venezolano.
St. Clair fue entregado en Antigua, donde se llevó a cabo un encuentro entre representantes del gobierno venezolano y Richard Grenell, enviado especial del presidente Donald Trump.
Grenell compartió la noticia a través de sus redes sociales: “Joe St. Clair ha vuelto a Estados Unidos. Hoy me he reunido con funcionarios venezolanos en un país neutral para negociar una estrategia que dé prioridad a Estados Unidos”, escribió en X, junto a imágenes de ambos tras el encuentro.
El estadounidense fue capturado en la frontera con Colombia y su detención se prolongó durante varios meses. Sus padres, Scott y Patti St. Clair, emitieron un comunicado en el que se declararon “abrumados por la alegría y la gratitud” tras la liberación de su hijo.
Se negocia cooperación bilateral por Chevron
Como parte de las negociaciones bilaterales, el Gobierno de Trump evalúa extender por 60 días más la autorización a Chevron para operar en Venezuela, según adelantó la agencia Bloomberg.
El permiso actual expiraba el 27 de mayo, pero fuentes del entorno diplomático señalan que Washington ha optado por conceder una extensión en el marco de una estrategia para mejorar las relaciones y avanzar en temas como la repatriación de migrantes venezolanos y la situación de ciudadanos estadounidenses detenidos.
La noticia impulsó los bonos venezolanos y los de la petrolera estatal, reflejo de la relevancia de Chevron como actor económico en el país. La empresa estadounidense, que mantiene operaciones en Venezuela gracias a una licencia del Departamento del Tesoro, aporta aproximadamente el 20% de la producción nacional de petróleo y ha sido clave para inyectar divisas al sector privado venezolano.
Chevron es actualmente la única petrolera estadounidense presente en Venezuela. Su historia en el país se remonta a 1923, cuando inició labores de exploración, y fue la responsable del descubrimiento del campo Boscán en 1946.
Su reactivación reciente se dio gracias a una exención otorgada por el expresidente Joe Biden, posteriormente cancelada por Trump en febrero. No obstante, el nuevo giro en las negociaciones parece dar una segunda oportunidad a la continuidad de estas operaciones.
Aranceles en suspenso y señales de pragmatismo
En marzo, el presidente Trump anunció aranceles del 25% para los países que compren petróleo a Venezuela, a partir del 2 de abril. Sin embargo, la medida dejó su aplicación en manos del secretario de Estado, Marco Rubio, quien aún no ha activado sanciones contra ningún país.
Este enfoque prudente se interpreta como una señal de realismo político y económico, dado que Estados Unidos sigue adquiriendo petróleo venezolano a través de Chevron.
El principal comprador del crudo venezolano es China, pero la administración Trump ya se ha visto obligada a reconsiderar aranceles impuestos al gigante asiático para evitar consecuencias adversas sobre la economía estadounidense, como el desabastecimiento y la inflación.
Una señal de distensión en medio de tensiones prolongadas
La liberación de Joseph St. Clair y la posible extensión de operaciones para Chevron son vistas por analistas como gestos de distensión tras años de confrontación política y sanciones. Aunque las diferencias estructurales entre ambos gobiernos persisten, estas acciones sugieren una voluntad compartida de abrir espacios de cooperación en temas humanitarios, migratorios y energéticos.
A medida que se acercan las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la Casa Blanca parece apostar por un equilibrio entre firmeza y pragmatismo, con el objetivo de mantener su influencia estratégica en la región sin desestabilizar el suministro energético o provocar efectos adversos para su economía interna