Las recientes declaraciones del gobernador del estado Barinas y candidato a la reelección, Sergio Garrido, han desatado una oleada de críticas por parte de ciudadanos y organizaciones sociales, luego de que minimizara las demandas urgentes por mejoras en los servicios públicos, sugiriendo que cualquier tipo de atención sería postergada hasta después de las elecciones.
“En algo les colaboro, pero después de las elecciones”, afirmó Garrido en un acto público, al ser abordado por habitantes de comunidades barinesas que exigían respuestas concretas ante los continuos fallos en suministro de agua potable, electricidad, recolección de desechos y vialidad rural.
La declaración, que rápidamente se viralizó en redes sociales, fue percibida por muchos como una muestra de indiferencia ante las necesidades más apremiantes de la población.
Argumentos entre la campaña y la falta de recursos
El mandatario regional justificó su postura asegurando que “no tiene los recursos” necesarios para atender de inmediato las peticiones, y que actualmente se encuentra concentrado en su campaña electoral.
“Tenemos que esperar hasta después de las elecciones (…) tampoco les puedo decir que les voy a dar todo”, expresó, en un tono que para numerosos analistas políticos revela una preocupante desconexión con la realidad que viven los ciudadanos.
“¿Por qué no ahora? Por dos razones: la primera, porque no tengo los recursos y la segunda porque andamos en campaña y yo ando de aquí pa’ allá y es mentira que yo me voy a ocupar de eso”, agregó sin rodeos.
La sinceridad de sus palabras ha sido interpretada por algunos como una muestra de franqueza política, pero para otros ha resultado profundamente ofensiva, en especial en un estado golpeado por años de abandono institucional y crisis estructural.
Reacciones ciudadanas y críticas a la gestión
Las reacciones no se hicieron esperar. Diversas voces de la sociedad civil, dirigentes comunitarios y usuarios en plataformas digitales han expresado su descontento, acusando al gobernador de instrumentalizar su cargo para fines electorales, y de tratar las carencias del pueblo como asuntos secundarios.
“No es una dádiva, es su obligación como gobernador garantizar los servicios básicos”, reclamó una vocera vecinal del municipio Pedraza.
El contexto no es menor: Barinas ha sido uno de los estados más afectados por apagones frecuentes, colapso en el sistema de salud pública y deterioro del transporte urbano y rural.
En medio de esa realidad, las declaraciones de Garrido no solo generan molestia, sino también incertidumbre sobre el compromiso real de su gestión con los problemas de fondo.
Elecciones marcadas por el descontento
La campaña para la reelección de Garrido transcurre en un clima de desafección ciudadana y desconfianza hacia la clase política, en una región históricamente simbólica para el chavismo, pero que en los últimos años ha virado hacia fuerzas opositoras.
Este episodio podría erosionar aún más el respaldo popular del actual gobernador, de cara a unos comicios donde la desconexión con las prioridades del pueblo puede costar caro.
Mientras tanto, las comunidades de Barinas siguen esperando algo más que promesas aplazadas. En palabras de un residente de Socopó: “No queremos que nos colaboren después de las elecciones. Queremos que trabajen ahora, que para eso los elegimos”.