Con motivo de cumplirse cien años del nacimiento del doctor Enio Anzola Giménez, en la iglesia Nuestra Señora de la Consolación, en la urbanización Santa Elena de Barquisimeto, fue oficiada una misa por el sacerdote Alberto “Beto” Álvarez, la cual colmó de emoción a los familiares del extinto admirado y respetado profesional del Derecho, así como a sus amistades y al propio oficiante, quien reveló haber dejado tempranamente su carrera de abogado para convertirse en cura de almas del catolicismo.
Y decidió ingresar al seminario al comprender la misión religiosa tras hacer los cursillos de cristiandad que dirigía precisamente el doctor Anzola Giménez, quien para ese entonces, a fines de los años cincuenta, era profesor del Colegio Inmaculada Concepción.
Recordó que en aquellos tiempos cumplieron una extraordinaria labor misionera el padre Juan Uribe y quien posteriormente sería el primer arzobispo de Barquisimeto, monseñor Críspulo Benítez Fontúrvel, que habiendo nacido en la isla Margarita, estado Nueva Esparta, se convirtió en uno de los “guaros” que más se preocupó por la capital larense.

Hizo una amplia reseña de la vida del doctor Anzola Giménez, destacando su condición de formador de una familia con la señora Alicia Delgado Mogollón y fueron progenitores de trece hijos: nueve mujeres y cuatro varones. Destacó su labor como concejal y de sus cualidades morales, probidad y honestidad.
En el homenaje que se le rindió en esa emotiva misa, una de las hijas del doctor Anzola Giménez recordó que éste prestigioso abogado, fallecido el 4 de noviembre de 1995, fue hijo de Isaías Anzola Anzola y Felícitas Giménez de Anzola. Al quedar huérfano de padre a los cuatro años, fue criado por don Manuel Anzola Tamayo, siendo éste ya viudo, en la hacienda El Danubio, en Duaca, donde se formó junto con sus parientes Manolo, Raúl, Oscar y Nengo, la única niña.


Hizo la primaria en Duaca y los tres primeros años del bachillerato en el Colegio La Salle de Barquisimeto y los dos últimos en Caracas, donde estudió en la Universidad Central de Venezuela la carrera de Derecho y Ciencias Políticas, egresando de esa casa de estudios en 1951. Siendo estudiante trabajó en el Archivo Histórico de la Nación, cuyo director era el doctor Ambrosio Perera. Fue firmante del acta de fundación de Copei, diputado de la Asamblea Legislativa del estado Lara y concejal del entonces distrito Iribarren, presidente del Colegio de Abogados del estado Lara y del Rotary Club de Barquisimeto, profesor y jefe del Departamento de Derecho del Decanato de Administración y Contaduría de la Facultad de Administración de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado hasta el año que falleció.
Como ferviente y practicante católico participó y tuvo vida activa en numerosas organizaciones religiosas, fue secretario general y fundador del movimiento de Cursillos de Cristiandad de Barquisimeto, presidente de la Junta Diocesana de Acción Católica, miembro y ministro del equipo nacional de Dirigentes de la Orden Tercera Seglar de San Francisco de Asis y abogado ad honorem de colegios y organizaciones católicas.
Cabe mencionar que fue protector de los cubanos que huyeron de la dictadura de Fidel Castro y se radicaron en Barquisimeto y por referencia de monseñor Benítez Fontúrvel logró el terreno en el Manzano para el convento y aliado incondicional de esa institución hasta el último momento de su existencia.
El doctor Anzola Giménez, aficionado a los caballos de paso, fundó el Club Hípico Las Trinitarias y la Asociación de Criadores de Caballos de Paso (Asopaso). Y con su esposa Alicia Delgado Mogollón formaron una familia de trece hijos: Manuel Simón, Rosario, Enio Antonio, Alicia del Carmen, Malintzin Marina, María Sol, Miguel Ramón, Lucía Lucrecia, Teresa de Jesús, Gertrudis Concepción, Alejandro Ernesto, Bernadette y Valentina de San Francisco. A ellos se suman nietos y biznietos.