Jesucristo murió, resucitó y subió a los Cielos. Pero también permanece en la hostia consagrada, en todos los sagrarios del mundo. Y allí está vivo con todo su ser de Hombre y todo su Ser de Dios. Este gran misterio se conmemora en la Fiesta de Corpus Christi.
La Santa Misa es el milagro más grande de tiempo y espacio que podemos vivir. Es exactamente el mismo Sacrificio del Calvario, como si estuviéramos a los pies de la Cruz en aquel primer Viernes Santo. Estamos presenciando la muerte de Cristo en la cruz y participando de la Liturgia Celestial que nos narra el Apocalipsis. Estamos aquí, allá y más allá.
La Consagración es el Calvario pero recibimos a Jesús Resucitado, vivo, para El comunicarnos su Vida.
“Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, dice el Sacerdote al presentarnos la Hostia Consagrada antes de la Comunión.
¿Dónde está el Cordero de Dios también? Está en el Cielo. Cristo es el “Cordero que está de pie, a pesar de haber sido sacrificado” en pleno centro del Trono Celestial (Ap. 5, 6-14).
En la cueva de Belén Jesús era un bebé. En la Cruz parecía un criminal. En la Eucaristía es aún más humilde; ni siquiera parece humano: sólo parece pan y vino. ¡Y es Dios!
“¡Qué sublime humildad: Que el Señor de todo el universo, Dios e Hijo de Dios, se humille así bajo la forma de un trocito de pan para nuestra salvación!” San Francisco de Asís
“Reconoced en el Pan de la Eucaristía a Aquél que colgó de la Cruz”, nos dice San Agustín.
San Juan Crisóstomo dice, que sí lo vemos, que lo tocamos. ¡Que hasta lo comemos! “Él se da a ti, no sólo para verlo, sino también para ser alimento y nutrición para ti”.
¿Cuánto nos ama Dios? ¿Cuánto hace para estar con nosotros? La Madre Teresa de Calcuta expresa muy bien la muestra de Amor de Dios que es la Eucaristía:
“Cuando vemos el Crucifijo, podemos comprender cuánto nos amó Jesús entonces. Cuando vemos la Sagrada Hostia comprendemos cuánto nos ama Jesús ahora.”
¿Hay que confesarse antes de comulgar? Ver respuesta en:
http://www.homilia.org/confesion_conciencia/necConfpComulg.htm
Isabel Vidal de Tenreiro