Los típicos amaneceres en las zonas rurales se hacen con el cantar del gallo, pero los habitantes de la avenida principal Las Tunas, sector El Araguaney de Sabana Grande en la parroquia El Cují, amanecieron ayer de golpe. A las cinco de la madrugada escucharon una ráfaga de disparos y de modo posterior el sonido de un vehículo que arrancaba a toda velocidad, dejando como resultado dos personas fallecidas dentro de su residencia.
José Rodríguez cuenta que escuchó alrededor de ocho detonaciones, quizás más, y esto hizo que él y su esposa Belkys Arriechi se despertaran de forma repentina. A Rodríguez, de inmediato, se le vino a la mente su hija, quien habitaba la casa que está diagonal a la suya. Mientras se agarraba el pecho explicó que sintió un presentimiento.
“Esperamos que la gente se fuera y cuando salimos a revisar, conseguimos a mi hija y su esposo muertos”, fueron las palabras del señor Rodríguez.
El cuerpo de Yorbelis Carolina Castañeda Arriechi (24) estaba boca abajo y muy cerca de la cama en la cual dormían. Su pareja, Terwin Jesús Rodríguez Leal (29), también se encontraba boca abajo pero cerca de la puerta principal del rancho que habitaban.
La escena fue aterradora para los padres de la joven quienes, desesperados, sacaron algunos enseres de la pieza con la intención de auxiliarlos, pero al ver que ya no podían hacer nada por salvar sus vidas desistieron y llamaron a los efectivos dela Policíadel estado, quienes fueron los primeros en llegar al lugar.
Vecinos de la zona, quienes no quisieron identificarse, relataron que los criminales llegaron en un Chevrolet Spark azul, del cual se bajaron dos sujetos, descritos como hombres de estatura alta y una contextura delgada. Ellos se introdujeron a la pieza y acabaron con la vida de la pareja de múltiples balazos; no bastando con ello revisaron la casa, se llevaron los teléfonos celulares, un televisor, unos anillos de oro y otras prendas como cadenas y pulseras.
Manifestaron que aun cuando la pareja fue robada, realmente los criminales estaban buscando al esposo de la joven.
Tenían cinco años juntos
Castañeda Arriechi era ama de casa, tenía cinco años junto a Rodríguez Leal, primero vivieron en San Lorenzo y hace año y medio estaban en Las Tunas. El hombre vendía ropa para mantenerse y estaban construyendo su casita. El frente lo estaban haciendo. No tenía puerta principal, el baño y la parte de la batea ya estaba lista y su vivienda estaba en plena construcción, mientras ellos estaban durmiendo en una pieza de zinc que estaba en el mismo terreno.
La pareja aún no tenía hijos y se supo por los mismos familiares que no habían tenido niños.
Investigaciones comienzan
Funcionarios del Cicpc llegaron hasta el sitio del suceso e hicieron el respectivo levantamiento de los cadáveres. Trascendió que el cuerpo del hombre presentó dos impactos en la cabeza, uno en el cuello, dos en el pectoral izquierdo, uno en el derecho y un último impacto en el costado izquierdo. A la dama le vieron dos en el estómago y uno en el cuello, notándose así el ensañamiento con su pareja.
Se conoció que Rodríguez Leal, en el 2010, fue víctima de un atentado. El comerciante estaba con su esposa y fueron atacados por un hombre que andaba en moto. En esa ocasión le dieron un disparo en el estómago. La pareja relató no haber visto ni conocer a los atacantes.
Sabuesos indagan todo estos antecedentes y su entorno para dar con las causas de este doble crimen.
Con la muerte de Castañeda Arriechi, asciende a 17 la suma de mujeres asesinadas en el estado Lara.
No hay patrullas
La zona norte es una de las más grandes del municipio Iribarren y sólo tienen dos patrullas para los recorridos que se debe hacer por dos parroquias como son El Cují y Tamaca.
Las unidades con las cuales cuentan los efectivos policiales siempre están dañadas y por ello no le pueden brindar un óptimo patrullaje a la comunidad. Aún así en esta zona, es donde se realiza la mayor cantidad de procedimientos.
Tanto los habitantes del norte, como los mismos funcionarios se sienten preocupados porque la violencia está desbordada y los efectivos de Polilara no cuentan con los recursos ni la ayuda para darle un freno a esta situación. Miembros de diversas comunidades aprovecharon la ocasión para hacer la denuncia y esperan que los entes gubernamentales les echen una manito.
Fotos: Daniel Arrieta