La escasez de alimentos es un problema evidente en los anaqueles de los supermercados, se ha convertido en un conflicto que se achacan mutuamente el Gobierno y los empresarios, mientras los ciudadanos se afanan en la búsqueda de pollo, harina, leche o azúcar.
A las cinco de la mañana, un centenar de personas ya se encontraban en la cola de un reconocido supermercado de la ciudad, a la espera de lograr comprar los anhelados productos de la cesta básica que están desaparecidos de los anaqueles.
Ligia de Perera, ama de casa, dijo que en Barquisimeto, cuando se corre la voz de que llegó a un mercado popular la harina precocida de maíz, el principal producto en la elaboración de arepas.
Perera está indignada por las calamidades por las que deben pasar, sobre todo, las personas de la tercera edad que pasan hasta tres horas de pie.
Cuando abren la reja de un supermercado, cientos de consumidores —entre hombres y mujeres, viejos y jóvenes— corren para entrar al local. La ansiedad es palpable ante el temor de que no haya suficiente para todos.
La usuaria refiere que no puede ser normal ni mucho menos justo, que los venezolanos se estén acostumbrando a pasar largas colas de pie para comprar dos o tres productos máximos.
“El problema es terrible. La gente pelea en los abastos y en los supermercados por un pedazo de pollo, o por un paquete de harina, pero peleando como si estuviéramos en una guerra. Mientras el Gobierno dice que no hay desabastecimiento, agregó Perera.
