El expresidente brasileño Jair Bolsonaro fue puesto bajo arresto domiciliario en su residencia de Brasilia. El juez del Tribunal Supremo Federal, Alexandre de Moraes, ordenó la medida cautelar por la causa en la que se investiga un supuesto intento de golpe de Estado para impedir que el actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, asumiera el poder en enero de 2023. La información, según ha reportado el diario El País, detalla que la decisión del juez se debe a que Bolsonaro presuntamente no cumplió con las restricciones previamente impuestas.
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En la nota difundida señalan que hace dos semanas, el tribunal había dictado medidas como el uso de una tobillera electrónica, pero le permitía circular libremente. Se le exigía pasar las noches en su casa, no tener contacto con embajadores y, sobre todo, abstenerse de publicar en redes sociales. El fallo de Moraes, sin embargo, señala que el expresidente no acató este último punto, manteniendo «los mensajes ilícitos por los cuales se habían impuesto las medidas cautelares» y demostrando una «participación encubierta» para «coaccionar al Supremo Tribunal Federal y obstruir la justicia».
Implicaciones internacionales
En la publicación de El País indican que Bolsonaro, un militar retirado, está acusado de liderar un complot para aferrarse al poder tras su derrota en las elecciones de 2022. La acusación sostiene que el plan incluía supuestamente asesinar a Lula, a su vicepresidente y al propio juez Moraes. La asonada, que según la investigación fracasó por la negativa de la cúpula de las Fuerzas Armadas a unirse, culminó con el asalto a las sedes del poder ejecutivo, legislativo y judicial.
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El caso ha tenido repercusiones más allá de Brasil. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien considera a Bolsonaro víctima de una «persecución política«, ha sancionado al gobierno de Lula con aranceles del 50%. En respuesta, la Casa Blanca retiró la visa y aplicó la Ley Magintsky al juez Moraes, a quien acusa de violaciones de los Derechos Humanos.