¿La culpa es del pueblo?

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¡Patria, coman patria! grita un joven visiblemente opositor desde su carro al toparse una fila de personas esperando entrar al supermercado. Una madre identificada con el chavismo escucha mientras espera comprar leche para sus hijos, tres personas adelante está un hombre de los que se hace llamar “nini” esperando comprar la misma leche con la intención de venderla a un precio entre cuatro y seis veces mayor.

Así se puede resumir una parte de esta nueva Venezuela; un joven, una madre y un hombre que se culpan entre ellos por la situación de la que son protagonistas.

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El joven clase media siente impotencia al recordar que hace apenas unos años esta situación era impensable, y que ahora se ve en la necesidad de recurrir a un revendedor para comprar lo que antes encontraba con facilidad, por lo que no puede evitar ver como responsable a ese pueblo que votó por el gobernante actual.

La madre, de esas que diariamente baja miles de escaleras para hacer colas por horas debido a que no posee los recursos para pagar con sobreprecio lo que necesita para sobrevivir, culpa al revendedor que compra los productos que necesita el pueblo solo para beneficiarse económicamente.
Por último el más incomprendido de los tres, es ese hombre que saca provecho de la necesidad ajena adquiriendo productos para revenderlos, muy probablemente se sienta en parte responsable por la situación actual, pero está desempleado y haciendo honor al dicho que reza “el fin justifica los medios”, apela a la responsabilidad que lleva a cuestas de mantener un hogar para sacar provecho de la situación.

Una historia con tres protagonistas que son reflejo de la situación actual, desde el punto de vista que se mire la conclusión más acertada es la del pueblo culpando al pueblo de lo que estamos viviendo; cuando los verdaderos responsables no son nuestros hermanos, sino una cúpula política de gobernantes y opositores incapaces de aceptar sus errores en medio de discursos desconectados de la realidad el cual corroe vorazmente las ya desgastadas bases de la sociedad venezolana.

Un pueblo jamás será responsable de los desaciertos de los políticos, son sus víctimas.

Si bien no existe sociedad que pueda escapar de una realidad de estas dimensiones, el aspecto fundamental que hace la diferencia es que en sociedades como la estadounidense, china, canadiense, colombiana, rusa y hasta española sus líderes no enarbolan la torpeza como bandera.

En los próximos meses se llevarán a cabo las elecciones que decidirán el rumbo del país y es ahí donde nosotros tendremos la oportunidad de castigar a los verdaderos responsables de esta historia, basta de culparnos entre nosotros y demostremos que es el pueblo y no los políticos los que siempre tienen la razón.

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