Cada 10 de marzo se celebra el Día del Médico venezolano, fecha instaurada desde el año 1955 cuando fue aprobada por la Federación Médica Venezolana, tomando en consideración el natalicio del doctor José María Vargas, eminente sabio del siglo XIX.
Por este motivo, la directiva del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda, quiso reconocer a los médicos que han laborado en esta institución, con botones por años de servicio 60 profesionales de la ciencia, como precisó Lyll Montes, directora.
“Una de nuestras características innatas es que somos docentes y enseñando también aprendemos. Ser médico es una devoción. Muchas veces dejamos la familia a un lado para atender a nuestros pacientes”, dijo Montes al inicio del acto protocolar.
Entre los médicos con más tiempo en el hospital y aún activos destacó la doctora Carmen Virginia Rodríguez, con 39 años; como también el doctor Danilo Pérez Monagas, quien además se dirigió al público en representación de sus colegas, quien agradeció el gesto y la celebración inédita.
“Recordamos los años vividos en la institución porque muchos de nosotros empezamos desde estudiantes a transitar por los pasillos del Antonio María Pineda, nuestra casa, que nos ha proporcionado grandes satisfacciones como también algunas decepciones porque el ver morir a un paciente nos genera un sufrimiento tan grande como la satisfacción de salvar una vida”, precisó Pérez Monagas.
En este sentido, indicó que se les forma para prevenir y curar enfermedades, por eso viven el duelo como propio.
Anécdotas de vida
Por su parte, Daniel Herrera, con 33 años de servicio, en la actualidad en el servicio de neurocirugía y cirugía de columna vertebral, recalcó los avances científicos y tecnológicos que se han logrado en el Hospital, como el pabellón telemático, un área que sigue en crecimiento.
“Contamos además con un equipo de esteroatáxica que sirve para tomar biopsias en áreas profundas del cerebro sin causar daño neurológico, por ende, sin secuelas para el paciente”, explicó Herrera.
Señaló que el 80% de las ciru-gías que realizan son por fractura de base de cráneo, producidas en accidentes automovilísticos. Además, informó que dentro del Hospital Central están en capacidad de resolver el 98% de las patologías relacionadas con neurocirugía y columna vertebral.
Centro de referencia
Por su parte, Antonio Sosa, con 36 años de graduado del servicio de urología, mencionó que los avances tecnológicos en esta área han sido importantes y que en el Hospital se cuenta con aparatos innovadores. Por ello, sigue siendo un centro de referencia en la zona centroccidental y más allá.
“La cirugía mínimamente invasiva nos ha servido para intervenciones quirúrgicas de cálculos urinarios, pesquisa de cáncer de próstata y tumores prostáticos”, dijo el urólogo Sosa.
Aprovechó la ocasión para felicitar a la directiva porque este tipo de estímulos no se habían realizado dentro del Hospital durante décadas, por lo cual esta iniciativa quisiera que perdurara en el tiempo como aliento para quienes dedican la vida a la institución y sus pacientes.
Múltiples especialidades
Entre los reconocidos por el departamento de cirugía estuvo el doctor Franklin Majano, con 38 años de servicio, quien recordó que antes se realizaban apenas residencias programadas (paso previo a los postgrados), y ahora se cuenta con postgrados universitarios en múltiples especialidades y sub-especialidades médicas.
“Antes para hacer una operación de vesícula se debía internar al paciente dos días antes para que hiciera una dieta especial y estuviera alejado de los virus externos. Luego, en el mejor de los casos, debía estar entre 4 a 5 días hospitalizado para ser dado de alta”, recordó Majano.
En la actualidad, esta operación es ambulatoria, es decir, se realiza por el método de laparoscopia (sin hacer grandes incisiones sino pequeñas aberturas) y el paciente se va para su casa el mismo día sin problema.
Cumplir con las normativas
Mireya Pire, del departamento de gineco-obstetricia, agradeció la iniciativa de la doctora Lyll Montes, y mencionó que poco a poco se deben imponer de nuevo los valores en la población, desde la familia, para que el respeto en la profesión hacia los demás sea lo principal.
“El médico y quien quiera estudiar Medicina debe tener claro que es una profesión de servicio al prójimo, que los jóvenes sean respetuosos a sus docentes, que se preo-cupen de corazón por el paciente y sean disciplinados tanto en su estudio como en su labor diaria, cumpliendo con las normativas del Hospital”, expresó Pire.
Insistió en que las nuevas generaciones no olviden en su trato diario ponerse en los zapatos del paciente, y pensar que esa persona podría ser su familiar o ser querido.
“Debemos mirar a la cara al paciente, hablarles con respeto y atenderlos de la mejor manera”, dijo Pire.
Fotos: Elías Rodríguez
