Hemos seguido con preocupación -con racional preocupación- la conducta de quienes se oponen -o se opusieron, en el caso de que ya esté definido-, a lo que es un clamor de una respetable masa de electores.
Se trata de la tarjeta única opositora, a los efectos de la elección presidencial del próximo siete de octubre. Todo hace pensar que la mediocridad política, desafortunadamente, también gravita alrededor de algunas organizaciones partidistas de la oposición.
Sin necesidad de exprimirnos demasiado los sesos, estamos frente a un vulgar episodio de cálculo político. A nuestro juicio, la tarjeta única coloca a los grandes, medianos y pequeños partidos, en igualdad de condiciones. E involucra en ese plano igualitario, a los electores independientes, pero comprometidos con el sistema democrático. Un segmento tan importante como el mayor de los partidos de oposición. Es obvio, que si todos los demócratas tenemos un candidato único, que mucho costó ese trascendental privilegio, lo más lógico es que la tarjeta también sea única.
Nosotros queremos, con la mejor intención y de la manera más cordial, llamar la atención de los calculadores, para que eviten el pecado político capital de contar los pollos antes de nacer. ¡El cálculo político tiene en su haber muchas derrotas!
Somos asiduos conversadores con la gente indecisa -la que casi siempre decide en los procesos electorales, cuando le place votar-. Por eso le pedimos a la MUD, si es que todavía queda tiempo, que blinden al candidato único, con la tarjeta única.
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@UrdanetaAguirre