A las 8 de la noche de este lunes Honorio Alberto Dorante Salazar, de 18 años de edad, salió de su casa a comerse un perro caliente cerca de su residencia.
El muchacho alegre, parrandero y trabajador una vez que cenó fue a conversar con una amiga frente a su hogar al final de la calle Los Indios, en el sector Valparaíso, a una cuadra de la urbanización Calicanto de Carora.
Estaban de lo más tranquilos y plácidos en amena tertulia cuando aparecieron dos sujetos a pie, mientras que un tercero esperaba detrás del volante en un auto que estacionaron cerca de la bodega Matis, según el testimonio de la mamá del asesinado, María Salazar.
Los antisociales le ordenaron al joven y a su acompañante entregar un blackberry y otro celular de menor valor económico.
La señora Salazar presume que el último de sus tres hijos opuso resistencia en entregar su blackberry y por eso lo mataron.
Se quedó en plena operación
Al llegar los hampones, Honorio Alberto quiso buscar auxilio con un vecino para evitar que le quitaran el costoso aparato celular, pero apenas llamó al amigo, recibió un disparo en el abdomen y cayó herido.
Los dos sujetos le arrancaron el teléfono móvil a la víctima y su acompañante y salieron corriendo hacia el auto que los esperaba con el motor encendido.
Cuando la madre y demás familiares se percataron del suceso socorrieron al herido de la vía pública y lo llevaron al hospital Pastor Oropeza, donde murió a las 11 pm en plena intervención quirúrgica.
La víctima trabajaba con su padre en la instalación de postes del alumbrado público; estaba soltero, no tenía hijos y era un buen prospecto del fútbol.
Fotos: Elías Rodríguez
