Los habitantes de Quebrada Arriba, en el municipio Torres, continúan preocupados por las últimas precipitaciones que aumentan la cota de la vecina presa El Ermitaño. Hasta ahora los técnicos del Ministerio del Ambiente no han logrado destapar su principal aliviadero.
Marcos Riera, uno de ellos, expresó esa preocupación pues temen que de no contar el embalse con sus aliviaderos naturales, con los aguaceros de julio y agosto, podría desbordarse o hasta fracturarse, provocando un desastre.
Dijo que continúan esperando los 150 metros de tubería de 16 pulgadas exigidas a Hidrolara para instalar un segundo aliviadero provisional.
Con respecto a los trabajos que realizaban allí técnicos del Ministerio del Ambiente, informó que los retiraron, dejando solamente uno, lo cual indica que tardarán más tiempo en eliminar los sedimentos que impiden la salida del agua.
También dijo que hubo la intención de llevarse la balsa que tienen en el embalse pero la comunidad de Quebrada Arriba se opuso pues temen que no regrese y por lo tanto tampoco se intensifiquen las obras.
“Ya tenemos las lluvias encima y no hay solución, y por lo que hemos averiguado, no sería hasta dentro de unos tres meses cuando podrían destapar el aliviadero; Dios quiera no sea tarde porque en agosto llueve mucho por aquí y ya hemos visto los daños que sufrió el otro aliviadero con dos aguaceros”, manifestó.
Según se conoció, en cuatro meses de trabajos, los técnicos, incluyendo buzos, al servicio del Ministerio del Ambiente, han encontrado muchas dificultades para sacar el sedimento o barro que obstruye la tubería.
Hace pocos días llegaron 470 metros de tubería de 16 pulgadas para instalarlo externamente, pero no lo han hecho por lo que el problema persiste pues nada ha resultado y la población continúa amenazada por los millones de litros almacenados en la presa.
Fotos: Luis Salazar