Más de mil 300 pacientes acuden para recibir atención médica en el ambulatorio tipo II Rafael Pereira, ubicado en Barrio Unión, un centro de salud que por años ha prestado servicios a las comunidades aledañas y que hoy en día no se da abasto para la gran cantidad de personas que son recibidas a diario.
El hacinamiento en el cual han tenido que trabajar médicos, enfermeras y personal del ambulatorio comenzó desde hace poco más de 10 años, cuando tuvieron que adecuar sus espacios para no suspender sus actividades, luego de que comenzaran los trabajos de rehabilitación de gran parte de las áreas del centro asistencial.
Sin embargo, estas obras nunca fueron concluidas y lo que era una situación temporal, se volvió permanente.
Los cinco consultorios con los que cuentan son utilizados para todas las especialidades que allí se ofrecen, entre ellas ginecología, medicina general y pediatría, además de recibir a los clubes de hipertensión, diabetes, maternidad y salud mental, se colocan tratamiento, inmunizaciones y curas. Los médicos deben turnarse para poder atender a los pacientes en un lugar adecuado ante la falta de consultorios.
Representantes de la comunidad relataron como en varias oportunidades se han dirigido hasta los entes gubernamentales para solicitar la culminación y entrega de la obra que se inició en el gobierno de Luís Reyes Reyes, pero no han recibido respuestas satisfactorias por parte de las administración actual de Henri Falcón.
En las áreas inconclusas y paralizadas, que se mantienen cerradas y sin ningún tipo de actividad, funcionarían los servicios de emergencia general y pediátrica, así como también cuatro consultorios adicionales, laboratorio, sala de Rayos X y cirugía ambulatoria, los cuales beneficiarían en gran medida a la colectividad y comunidades cercanas al centro, además de descongestionar el Hospital Central.
A pesar de estas deficiencias, el personal del ambulatorio trabaja con mística y profesionalismo, recibiendo a todos los pacientes que se acercan para ser atendidos por diferentes patologías y dolencias, además se esfuerzan por organizar actividades recreativas y de esparcimiento con la comunidad, otorgar medicinas a los pacientes diabéticos e hipertensos a través de los diferentes programas sociales, mantener la botica siempre dotada, dar charlas formativas y realizar visitas domiciliarias en caso de que los pacientes lo necesiten.
Por los momentos, la necesidad más latente del centro asistencial, es la entrega de espacios adecuados para responder a la demanda de pacientes y servicios del sector y la culminación de las obras que por más de diez años se encuentran paralizadas, a pesar de la abundancia de recursos que profesan las autoridades nacionales, sin que ello se vea reflejado en la mejora de la calidad de vida de los barquisimetanos.
Fotos. Edickson Durán
